El informe advierte, sin embargo, que el desempleo es sólo la punta del iceberg de un mayor problema. Esto es porque la desaceleración también está amenazando la calidad de los empleos, es decir, puede haber trabajo, pero con menores o nulas prestaciones o bajos salarios, entre otras condiciones.
La situación económica además se ve reflejada en un estancamiento en el combate a los índices de pobreza, e impactará en diversas formas tanto a los sectores más vulnerables como a las clases medias, apunta la OIT.
Detalla que no se estima que pudiera darse una reactivación de las economías de América Latina y el Caribe a corto plazo, por lo que se complicará el contexto de los mercados de trabajo.
Incluso se prevé que al cierre de 2015 el desempleo urbano crezca a 6.6 por ciento, cuando el año pasado fue de 6 por ciento. En tanto, continuará la volatilidad en el crecimiento económico de los países, por lo que es fundamental que instrumenten políticas de desarrollo productivo, diversifiquen las actividades económicas y se impulse la demanda de empleos de calidad.
Expuso que se tendrán que diseñar medidas para enfrentar la desaceleración económica, a través de un “diálogo social sólido”; y que los países entren al desafío de buscar esquemas para impulsar el crecimiento “inclusivo”, es decir, no sólo para unos cuantos sectores y que sea sostenible, con generación de empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos.
Fuente: La Jornada
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