Inventaban proyectos de obras para desviar fondos de todos los chilenos a sus bolsillos, o como se comenta en las calles del puerto, para financiar campañas políticas. Siendo Valparaíso una de las regiones que presenta los índices más alto de pobreza y cesantía del país esta estafa es una burla para cientos de persona que esperan que se invierta en una mejora en su calidad de vida.
Hace algo más de un mes se destapó el escándalo en la Intendencia regional de Valparaíso. La nueva administración, liderada por Raúl Celis (RN), se encontró con un desvió de fondos públicos de $1.500 millones de pesos. De inmediato se tomaron cartas en el asunto abriéndose una comisión investigadora en la Cámara de Diputados en virtud de encontrar a los responsables directos, indirectos y encubridores de este fraude.
EXPERTOS LADRONES DE CUELLO Y CORBATA
En las diferentes sesiones de esta comisión se han entregado datos que permiten configurar cuál fue el modus operandi de estos criminales. Hasta el momento, las declaraciones más polémicas han sido de Lorenzo Leiva (ex jefe de finanzas de la intendencia), Julio Medina (ex jefe de control y gestión) y el contratista Eugenio Aubele, quienes han demostrado un verdadero conocimiento profesional en el arte de la estafa.
El macabro plan se iniciaba creando proyectos de obras menores que serían aplicados en la V Región. Para que estos proyectos fantasmas fuesen totalmente creíbles, copiaban datos y documentos de respaldo de otras obras que ya había sido ejecutadas. Estos datos eran ingresados al sistema informático de finanzas de la Intendencia, de manera de dotar de una apariencia legal la estafa. Pero a esos profesionales no se les iba una, ya que pasado el tiempo eran borrados del sistema para asegurarse de no dejar rastro del fraude.
Luego Lorenzo Leiva entraba en acción, recibía estos proyectos y firmaba los cheques. Posteriormente las carpetas pasaban por su jefe, Rodrigo Aldana o la jefa de Administración, Sara Peñaloza para finalizar en las manos del contador Jaime Lorca quien ponía la segunda firma. Todas estas personas declaran desconocer que era proyectos falsos.
En los interrogatorios, Leiva acusó una supuesta presión de altas autoridades del gobierno regional por la firma: «Jefes superiores directos y del más alto nivel directivo de la institución me presionaban para ejercer la emisión de esos cheques». Estos cheques llevaban el nombre de Eugenio Aubele, el famoso contratista de los falsos proyectos.
Eugenio Aubele era quien hacia el trabajo sucio, se dirigía al banco (Banco Estado, calle Prat) y sacaba el dinero en unas bolsas. Según sus mismas declaraciones el dinero de los primeros cheques se los entregaba a Julio Medina: “(…) El hecho de haberle entregado a Julio Medina 40 millones de pesos que haya sacado dos millones y se los echó al bolsillo y el resto los haya tirado en la parte de atrás del auto”. Pero Medina alega total inocencia en este caso, ya que dice nunca haber conocido a este contratista; cabe agregar que Medina pidió comisión secreta puesto que sus declaraciones podrían comprometer el avance de la investigación.
Para el presidente de la comisión investigadora, el diputado UDI Edmundo Eluchans, las cosas están claras: «esto fue organizado desde el gobierno regional con participación de muchas personas». Opinión que comparte Enrique Vicente, abogado querellante del Ministerio Público quien afirmó: «no cabe la menor duda de que hay una participación de varias personas. Nosotros pensamos que aquí tiene que haber un acuerdo de estas personas para sustraer fondos fiscales».
En los pasillos del Congreso nacional se comenta que al parecer Medina habría entregado nombres de estas “varias personas” y que no es descartable la posibilidad de que hayan altas autoridades entre esa lista.
Por Nicolás Véliz
El Ciudadano
Modus operandi de los personeros de la intendencia regional Valparaíso que estafaron al fisco en $1500 millones.
Inventaban proyectos de obras para desviar fondos de todos los chilenos a sus bolsillos, o como se comenta en las calles del puerto, para financiar campañas políticas. Siendo Valparaíso una de las regiones que presenta los índices más alto de pobreza y cesantía del país esta estafa en una burla para cientos de persona que esperan que se invierta en una mejora en su calidad de vida.
Hace algo más de un mes se destapó el escándalo en la intendencia regional de Valparaíso. La nueva administración, liderada por Raúl Celis (RN), se encontró con un desvió de fondos públicos de $1500 millones de pesos. De inmediato se tomaron cartas en el asunto abriéndose una comisión investigadora en la cámara de diputados en virtud de encontrar a los responsables directos, indirectos y encubridores de este fraude.
Expertos ladrones de cuello y corbata
En las diferentes sesiones de esta comisión se han entregado datos que permiten configurar cual fue el modus operandi de estos criminales. Hasta el momento, las declaraciones más polémicas han sido de Lorenzo Leiva (ex jefe de finanzas de la intendencia) Julio Medina (ex jefe de control y gestión) y el contratista Eugenio Aubele, quienes han demostrado un verdadero conocimiento profesional en el arte de la estafa.
El macabro plan se iniciaba creando proyectos de obras menores que serían aplicados en la V región. Para que estos proyectos fantasmas fuesen totalmente creíbles, copiaban datos y documentos de respaldo de otras obras que ya había sido ejecutadas. Estos datos eran ingresados al sistema informático de finanzas de la intendencia, de manera de dotar de una apariencia legal la estafa. Pero a esos profesionales no se les iba una, ya que pasado el tiempo eran borrados del sistema para asegurarse de no dejar rastro del fraude.
Luego Lorenzo Leiva entraba en acción, recibía estos proyectos y firmaba los cheques. Posteriormente las carpetas pasaban por su jefe, Rodrigo Aldana o la jefa de Administración, Sara Peñaloza para finalizar en las manos del contador Jaime Lorca quien ponía la segunda firma. Todas estas personas declaran desconocer que era proyectos falsos.
En los interrogatorios, Leiva acusó una supuesta presión de altas autoridades del gobierno regional por la firma «Jefes superiores directos y del más alto nivel directivo de la institución me presionaban para ejercer la emisión de esos cheques». Estos cheques llevaban el nombre de Eugenio Aubele el famoso contratista de los falsos proyectos.
Eugenio Aubele era quien hacia el trabajo sucio, se dirigía al banco (Banco Estado calle Prat) y sacaba el dinero en unas bolsas. Según sus mismas declaraciones el dinero de los primeros cheques se los entregaba a Julio Medina “(…) El hecho de haberle entregado a Julio Medina 40 millones de pesos que haya sacado dos millones y se los echó al bolsillo y el resto los haya tirado en la parte de atrás del auto”. Pero Medina alega total inocencia en este caso, ya que dice nunca haber conocido a este contratista, cabe agregar que Medina pidió comisión secreta puesto que sus declaraciones podrían comprometer el avance de la investigación.
Para el presidente de la comisión investigadora, el diputado UDI Edmundo Eluchans, las cosas están claras «esto fue organizado desde el gobierno regional con participación de muchas personas». Opinión que comparte Enrique Vicente, abogado querellante del Ministerio público quien afirmó «no cabe la menor duda de que hay una participación de varias personas. Nosotros pensamos que aquí tiene que haber un acuerdo de estas personas para sustraer fondos fiscales».
En los pasillos del congreso nacional se comenta que al parecer Medina habría entregado nombres de estas “varias personas” y que no es descartable la posibilidad de que hayan altas autoridades entre esa lista.