Preguntas a Lavín

Señor Ministro Joaquín Lavín, he estado atentamente escuchando sus anuncios e iniciativas para mejorar la calidad de la educación de Chile. Infiero que su mayor deseo es obtener rápidamente cambios que repercutan favorablemente en el proceso educativo. Es una urgencia y debe ser realmente apremiante para una autoridad como usted, que efectivamente los niños y jóvenes de Chile, independiente de su condición social, aprendan y tengan las herramientas para reinventar y transformar su entorno.

No obstante, le confieso, estoy realmente preocupada respecto a su propuesta de crear Liceos de Excelencia. Temo que el efecto de pares, positiva sinergia de la diversidad, particularmente en contextos de marginalidad, disminuya con el criterio de selectividad, que podrían adquirir los Liceos Bicentenarios. Tengo algunas preguntas que me gustaría compartir con usted y su equipo de profesionales.

¿Cómo seleccionamos a los estudiantes con más capacidades en un contexto de desigualdad, cuando los factores del entorno inciden directamente en el desarrollo de los niños, evidencia empíricamente comprobada hasta en los países más desarrollados?

Es curioso, pero el mismo Instituto Nacional de Maipú es reflejo de esta variable. Además del proyecto educativo, infiero que el factor sociocultural de los estudiantes del destacado Instituto Nacional de Maipú debe incidir en sus sobresalientes resultados (En efecto, la mayor cantidad de estudiantes proviene de familias de un estrato socioeconómicamente medio alto, situación que también subyace en el desempeño de los históricos Liceo Nº 1 de Niñas e Instituto Nacional).

En este sentido, qué instrumentos y políticas va implementar el Ministerio para que dichos liceos de excelencia desarrollen instrumentos de selección de talentos, tratando de ponderar la variable “inequidad”, considerando que las capacidades académicas en sí misma son una mixtura de variables biológicas y socioculturales.

Hoy los colegios prioritarios, los más vulnerables, reciben apoyo especial, y algunos han mejorado sistemáticamente sus resultados, no obstante siguen por debajo del promedio nacional y con ello, son parte del grupo de los rojos. En concreto, señor Lavín, existe alguna  que la Escuela Básica Nanihue de San Ramón, cuyo Simce promedio es de 234 puntos pueda postular para ser un establecimiento de excelencia (Subió 21 en matemáticas y se mantuvo en el resto de las áreas).

El uso de tecnología facilita y colabora en los procesos de aprendizaje. Sin embargo, según los expertos, no determina la calidad de la educación, así lo demuestran los propios liceos destacados de Santiago que hasta ahora no cuentan con una pizarra digital por sala. ¿En qué investigaciones usted basa la decisión de brindar mayores dispositivos tecnológicos  sobre otros recursos de aprendizaje, como por ejemplo, la vinculación con los padres como parte del proceso educativo?

Entiendo su urgencia de impactar positivamente en el corto plazo, de abrir oportunidades para que los más capaces (o los más privilegiados por nacer en contextos socioeconómicamente favorables) puedan potenciar sus desarrollos, pero me preocupa que sigamos incrementando la brecha, que los 50 colegios terminen seleccionado a los “más talentosos” sin considerar que la inteligencia o capacidad no es una variable intrínseca, sino que está directamente relacionado con los entornos socioculturales.

Por Roxana Chiappa