Hoy en día, la civilización humana ha alcanzado un desarrollo tal que es posible, para muchos, ser conscientes de vivir en una gran esfera que le permite desenvolverse e interactuar con el resto de las entidades que la habitan.
Comunicarse es posible, gracias al avance de las telecomunicaciones, desde un punto cualquiera a otro en instantes. Las onda de radio, televisión, telefonía o Internet viajan constantemente a través de su superficie de esta esfera. Conocer lo ignorado, enterarse de noticias que antaño demoraban meses en llegar a destino, ahora es una realidad.
En cuanto ya tenemos una percepción global de como somos-estamos en el mundo, comenzamos a comprender que lo que sucede en un punto de la tierra tiene repercusión en otros.
Existen relaciones que se perciben, pero se desconoce su funcionamiento y otras que, poco a poco, se van comprendiendo y encontrando aplicaciones pudiendo controlarlas.
Desde el desarrollo de algún tipo de vida en algún lugar geográfico con su clima determinado. La irrupción de migraciones humanas y el posterior uso de los recursos del entorno. Todo está entrelazado, desde lo micro a lo macro.
Los grandes cambios vienen dados, en ocasiones, por fuerzas que irrumpen violentamente en un entorno, desequilibrando y quebrando o apagando las relaciones más débiles entres los seres vivientes y su entorno.
Estos cambios puedes ser catástrofes naturales o producto de la intervención humana. Pero, sabemos que esta intervención, corresponde a una especie de programa o modelo que se enlaza con cómo la sociedad o civilización que interviene en este entorno se comprende a sí misma como una entidad en relación con este.
Al hacer una intervención de esta magnitud, se muestra en primer lugar que no se respeta a sí misma, que no cuida de su futuro y que debe cambiar.
Este cambio debe estar orientado hacia un desarrollo sustentable, que comprenda que el Ecosistema es un bien común de carácter global y que debe ser regulado a nivel mundial para permitirse relación más integrada con el resto de los seres vivos.
En palabras de Elinor Ostrom, los ciudadanos del mundo deben convertirse en los actores principales dentro de un enfoque complejo -y con muchos ejecutantes- sobre la gobernanza policéntrica de los recursos naturales.
Un experimento mencionado en el artículo [El Gobierno de los Bienes Comunes Punto de vista de la Ciudadanía] de E. Ostrom muestra que un conjunto de personas expuestas al acceso de un recurso pero aisladas, lo consumen ilimitadamente hasta que acaba. Sin embargo, cuando entran en contacto con el resto de las personas y logran establecer una comunicación, se modifica la conducta y resultados, logrando resultados óptimos en el consumo del recurso, evitando una explotación desmesurada.
Entonces, tenemos acá que es posible, mediante la disposición adecuada de información hacer que la sociedad ya macro escala pueda definir ciertas reglas en que se pueda acceder y explotar un recurso. Ahora en consideración, además del mero bienestar social, del bienestar ambiental.
¿Cómo se logra esto? Cuidando de elaborar propuestas de desarrollo en concordancia con el siguiente esquema:
En este diagrama se muestra con claridad las condiciones necesarias para que el desarrollo sutentable se cumpla. Es muy útil para el análisis de cualquier caso que pretenda tener tal característica o bien para proponer alguna idea en este sentido. A partir de esto se deduce también que es lo que quiere decir con viable, soportable y equitativo.
A modo de reflexión, se puede observar que, con el modelo de «desarrollo» actual, no se cumple ninguno de estos equilibros, más bien el círculo de lo económico se vería como un gordo glotón que no le deja nada al resto de sus hermanitos que, por cierto, en este momento son más importantes.