Los haters de la Navidad, todos aquellos que se identifican con El Grinch y que consideran estas fiestas una tontería, podrían estar interesados en saber que su falta de entusiasmo puede tener una base científica, ni más ni menos que en su actividad cerebral. Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Copenhage en Dinamarca, encontró que a los amantes de la navidad se les activan cinco zonas del cerebro que a los detractores no.
Todos los años, la edición especial del British Medical Journal incluye artículos científicos que parecen más una humorada que verdadera investigación, pero que de todos modos se realizan con verdadera pulcritud metodológica.
«La localización exacta del espíritu navideño es un primer paso fundamental para poder ayudar a este grupo de pacientes y puede contribuir a comprender la función del cerebro en las tradiciones y festividades culturales”, afirman los investigadores de este trabajo, publicado en el número navideño del BMJ.
Los investigadores estudiaron a un total de 26 participantes. Primero, les pasaron un cuestionario y, según sus respuestas, los dividieron en dos grupos: el grupo navideño –los que celebran la Navidad y la asocian con sentimientos positivos– y el grupo no navideño –que no la celebran y lo les gusta o la ven con indiferencia– .
En su articulo, los autores exponen los métodos de su experimento y destacan que todos los participantes estaban sanos y que durante el proceso no consumieron ponche de huevo (que es como el cola de mono) ni pan de jengibre (equivalente al pan de pascua).
Los participantes fueron expuestos a 84 imágenes que tenían que mirar durante dos segundos, y que se iban alternando entre 6 con temática navideña y otras 6 con motivos que no tenían nada que ver con la navidad. Mientras, los investigadores los iban monitoreando.
El seguimiento cerebral se realizó con imágenes por resonancia magnética funcional (IMRf), para medir los cambios de oxigenación y flujo de sangre en el cerebro, como respuesta a la actividad neuronal. Con estos datos los investigadores crean mapas de activación que muestran qué partes del cerebro están involucradas en un proceso mental en particular.
El equipo analizó las diferencias en los mapas para comprobar la activación cerebral específica relacionada con la Navidad. Los resultados mostraron que, en el caso de las personas consideradas con espíritu navideño, cinco áreas del cerebro respondían a las imágenes de una forma mucho mayor a las del grupo anti-navidad.
Estas áreas incluyen la corteza motora primaria y la corteza premotora, el lóbulo parietal superior, el lóbulo parietal inferior y la corteza somatosensorial primaria. Estas son zonas que se asocian con la espiritualidad, los sentidos somáticos y el reconocimiento de emociones faciales, entre otras muchas funciones. Por ejemplo, los lóbulos parietales izquierdo y derecho desempeñan un papel en la autotrascendencia.
A pesar de estos descubrimientos, los autores puntualizan que se necesita más investigación para comprender el espíritu navideño y para profundizar en la presencia de otros posibles circuitos festivos en el cerebro, como los relacionados con las celebraciones de Pascua, Hanukka, Eid al-Fitr y Diwali.
«Aunque son alegres e intrigantes, estos resultados deben ser interpretados con cautela. Algo tan mágico y complejo como el espíritu navideño no puede ser completamente explicado por la actividad cerebral detectada por sí sola», concluyen los investigadores.