Se trata de un producto que promete efectos adelgazantes inmediatos y es muy conocido entre personas con trastornos alimenticios y físico culturistas, pues facilita el aumento de la musculatura corporal. Es un químico industrial en forma de polvo amarillo cristalino, que se vende ilegalmente y casi siempre por internet, como cápsulas, polvo a granel o crema.
El compuesto es usado originariamente para la fabricación de explosivos, tiene efectos secundarios altamente peligrosos y puede llegar a matar. Su nombre es 2,4-dinitrofenol, aunque es más conocido por sus siglas, DNP y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) «ha causado enfermedades severas y muertes en varios países en los últimos tres años».
Su uso como medicamento adelgazante no es nuevo: en la década de 1930 se descubrió que aumentaba la tasa metabólica y que permitía perder peso. Pero el alto número de efectos adversos y muertes hizo que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) lo prohibiera en 1938 y lo catalogara como una «sustancia extremadamente peligrosa y no apta para el consumo humano«. Sin embargo, su uso parece estar de nuevo en auge, especialmente gracias a la facilidad de la venta por internet, donde se distribuye como una sustancia para quemar grasas.
Efectivamente, según un estudio del departamento de Medicina de Emergencia del Whittington Hospital de Londres, publicado en 2011 por el Journal of Medical Toxicology, durante las décadas de 1960 hasta el final del siglo XX, no se registraron muertes por DNP, debido a que estaba prohibido y no había disponibilidad en el mercado.
Pero los investigadores observaron un resurgimiento de casos fatales en la primera década de este siglo: 12 muertes entre 2001 y 2010, que reflejaban «el aumento de la disponibilidad del DNP en internet, comercializado particularmente para el uso de fisicoculturistas».
En el 2015, sólo en Reino Unido ha habido un aumento de casos de intoxicación, con un total de 30 casos -en comparación con 9 del año anterior- de los cuales 5 resultaron en muertes. Así informaron los últimos datos del National Poisons Information Service (NPIS). Por esto, el Departamento de Salud Pública de Inglaterra decidió lanzar una alerta el pasado 11 de diciembre, advirtiendo sobre el «resurgimiento» de este tipo de intoxicaciones, «cuyos principales afectados son adolescentes y jóvenes«.
«Esta droga, en mi opinión, debería ser clasificada como veneno. No hay ningún beneficio por tomarla, sólo grandes daños», contó el doctor Ryck Albertyn, anestesista y consultor del Worthin Hospital, en Reino Unido.
Algunos de los casos más recientes son los de las jóvenes británicas Eloise Aimee Parry, quien sufría bulimia y Rachel Cook, también con un desorden alimentario. Ambas murieron a los 21 y 25 años respectivamente este año por causa de este tóxico.
«Algunas páginas web que venden estos productos se hacen pasar por empresas farmacéuticas«, advirtió la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN).
la Interpol también se hizo parte: «Es ilícita y potencialmente mortal«, declaró en una Alerta Naranja mundial emitida en mayo de 2015, que distribuyó a sus 190 países miembros. «Además de los peligros intrínsecos que conlleva, los riesgos vinculados a su consumo se ven agravados por las condiciones ilícitas de su fabricación«, dijo el organismo.
«El efecto adverso más común asociado al uso de DNP es la erupción cutánea», aseguraron fuentes de AECOSAN. «Otros efectos son la neuritis periférica, la gastroenteritis, la anorexia, las cataratas o la sordera permanente«, entre muchos otros.
Pero también hay efectos inmediatos: confusión, agitación, coma, convulsiones, hipertermia (potencialmente mortal), taquicardia, sudoración y colapso cardiovascular. A día de hoy, no existe ningún antídoto para la intoxicación por DNP.
Por desgracia, su uso desregulado y a través de internet ha hecho que el peligroso polvo amarillo se vuelva a poner de moda, sobre todo entre jóvenes, quienes en muchos casos desconocen el enorme riesgo al que se exponen. «El público debería estar consciente y vigilante, especialmente respecto a la vulnerabilidad del uso de estas sustancias entre las personas con desórdenes alimentarios», advierte el Dr. Albertyn.
Hay que destacar la importancia de que niños, niñas y jóvenes, conozcan las formas más adecuadas de cuidar el cuerpo y alimentarse bien. Que fortalezcan la autoestima, para ser más fuertes ante la influencia de los medios, que distorsionan la idea de belleza y les llevan a buscar soluciones nefastas para sentirse mejor con su cuerpo.
Fuente: ID