Hoy se ha hablado mucho de los supuestos desaires que el director técnico de la selección chilena Marcelo Bielsa hizo al Presidente Piñera. Sin embargo nadie ha hablado de las complejas, indirectas y persuasivas acciones de la presidencia y sus operadores deportivos (por no decir operadores políticos, porque eso ya no existen…) en contra de la dirigencia del futbol y su cuerpo técnico.
Vamos por parte, no es ningún misterio para nadie que existe una clara afinidad política del técnico argentino con la ex mandataria Michelle Bachelet, es cosa de recordar que en campaña Piñera quiso sacar provecho del éxito de la roja y la respuesta de Bielsa fue clara: “quiero hacer del equipo lo que Bachelet ha hecho con Chile” . No se debe dejar de considerar que Rafael Pedro Bielsa, hermano del entrenador es un destacado político peronista ex ministro de relaciones exteriores en el gobierno de Néstor Kirchner y uno de los tantos torturados en la dictadura militar argentina en el famoso centro de detención “El Castillo”.
Por otro lado Harold Mayne–Nicholls, presidente de la Asociación Nacional de Futbol Profesional ANFP, a pesar de haber reconocido que en algún momento votó por Lavín y rehusar a mezclar el futbol con las ideas políticas, ha manejado la ANFP de una manera absolutamente igualitaria entre los clubes miembros de la asociación; para muestra dos botones: resucitó la antigua Copa Chile con un sistema de campeonato en el cual se incluye clubes del fútbol amateur y el futbol profesional entregando la posibilidad de que los equipos llamados chicos lleguen a disputar la Copa Sudamericana en desmedro de los equipos grandes, considerando el tipo de campeonato y la forma de clasificación (partido único en que el local es el “equipo chico” o la eliminación de la diferencia de goles).
En segundo lugar la polémica por la repartición de los recursos excedentes del contrato del Canal del Futbol en el que se impuso la postura oficialista de repartir a Colo Colo, la U y la UC solo el 26% de los excedentes del 2011 en vez del 80% que planteaban los tres grandes.
Uno de los principales maquinadores por no decir “operador político” de Piñera en el futbol es el actual Subsecretario de Deportes y ex presidente de Colo Colo Gabriel Ruiz Tagle. Es de conocimiento popular que el manejo del dirigente albo y militante UDI tenía como objetivo el tratar de frenar cualquier intento de figuración pública por parte de los ídolos populares del club, es por ello que nunca se pronunció a favor de Claudio Borghi en su conflicto con los directivos Hasbún y Baquedano quienes señalaban que “El bichi” no representaba el perfil del técnico que necesitaba el directorio, es decir el otrora rey guachaca no era del gusto de los refinados paladares de la dirigencia popular. Más protagonista es Ruiz- Tagle al entregar el apoyo a los “cameros” que lograron hacerle la cama a Barticciotto, otro ídolo popular. Claramente al militante UDI no le acomodan las figuras populares que le podrían quitar control a la empresa.
Comentado es también que don Gabriel logró aplacar todas las manifestaciones que hacía la Garra Blanca en contra de su candidato, lienzos que extrañamente no aparecían en ningún medio televisivo y que todos vimos en el estadio.
Hoy la dirigencia de los tres grandes del fútbol chileno: Federico Valdés Lafontaine (UDI) presidente de Azul Azul; el empresario y “Benjamín” del Subsecretario que ha despedido una cantidad importante de funcionarios en Chile Deportes; Sr. Guillermo Mackena presidente de Blanco y Negro; y el ex ministro de Lagos, Jaime Estévez hoy presidente de Cruzados SADP se han reunido para generar una lista opositora a la de Mayne–Nicholls apoyada por el Subsecretario Ruiz–Tagle que quiere desbancar al actual timonel y colocar en su lugar al presi ruletero (Everton) Antonio Bloise, quienes tendrían intenciones de negociar el arribo del DT Nelson Bonifacio Acosta.
Ante este oscuro y politizado escenario del futbol chileno es más fácil entender el porqué de las dudas del rosarino por quedarse en el país dirigiendo a Chile. Hoy hemos visto que la derecha política se ha encargado de enlodar su imagen ya que el estratega ha decidido no caer en el circo montado por el Presidente, no ha hecho parafernalia futbolística tal como lo ha hecho Piñera con el gobierno; Bielsa ha sido criticado por no ser efusivo y se le ha calificado de roto desproporcionadamente con un claro fin de estrategia política de quienes ven enemigos en aquellos que tienen una alta aceptación ciudadana. Nos recuerda las artimañas comunicacionales y la capacidad de destruir procesos populares que realizaban las dictaduras militares latinoamericanas.
Por lo tanto más que las ofertas económicas debemos esperar que Bielsa resista las presiones políticas del entorno, ya que los gallitos contra su trabajo se ven en cada escena y saludo forzado, ¿No es ésta una decorosa forma de acoso laboral del Gobierno al fútbol chileno? ¿Qué tan larga es la mano negra del Presidente y sus influencias para lograr sus objetivos mediáticos en desmedro del éxito deportivo? Más allá del retroceso del fútbol chileno perdiendo a la dupla M. Nicholls – Bielsa por el “pelao” Acosta cabe el espacio para pensar ¿Hasta qué punto un gobierno puede influir en el fracaso de una actividad popular para beneficiar intereses mezquinos?
Es claro que Piñera quiere ganar los cabezazos no por su capacidad de salto, rechazo, tiempo-distancia y técnica sino que apoyándose del resto, bajando y fauleando a quienes también pueden cabecear el balón de la popularidad.
No nos queda más que decirle a Bielsa lo mismo que le decimos al resto del pueblo… ¡Resiste Bielsa, Resiste Chile!!!
Por Hombre Pie