Más de un millón de personas expulsadas de sus países por la guerra, la pobreza y la persecución entraron a Europa en 2015 en búsqueda de asilo, según informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que aseguró que la cifra representa un nuevo récord.
Cuando apenas faltan unos días para que termine el año, esta organización con sede en la ciudad de Ginebra informó ayer que hasta la fecha 1.005.504 de personas ingresaron al viejo continente, lo que significó un aumento de más de cuatro veces frente al año pasado.
Casi todos los migrantes llegaron a Europa por mar, mientras que otros 3692 se ahogaron en el intento por cruzar, once de ellos ayer, luego de que una embarcación precaria que transportaba una veintena de personas naufragara en el trayecto entre las costas turcas y la isla griega de Samos. Entre los muertos hay tres niños, informó el diario turco Hurriyet Daily News.
El director general de la OIM, William Lacy Swing, instó a los gobiernos europeos a que realicen acciones concretas para lograr que la migración sea más segura. «Sabemos que la migración es inevitable. Es necesaria y deseable», dijo Lacy y agregó: «La migración debe ser legal y segura para todos, para los migrantes mismos y para los países que se convertirán en sus nuevos hogares.»
La OIM recopila cifras de los registros de los gobiernos de Grecia, Italia, Bulgaria, España, Malta y Chipre, aseguró el portavoz Joel Millman, quien admitió que el número real de gente que entra a Europa podría ser aún más grande porque las autoridades están batallando para registrar todas las llegadas dado el volumen.
La mayoría de los solicitantes de refugio entró a Europa vía Grecia, que en lo que va del año recibió a 820 mil personas, casi todos arribados por barco desde el territorio turco a través del mar Egeo. Otros 150 mil llegaron a Italia a través del mar Mediterráneo desde el norte de África, con un gran número de menores que cruzaron por tierra desde Turquía hacia los cercanos Grecia y Bulgaria. Todavía menos llegaron por embarcación a otros países mediterráneos.
Otros —no considerados en el recuento de la OIM— ingresaron a Europa a través de otras fronteras, como una ruta de Rusia a Noruega donde unas pocas miles de personas cruzaron en bicicleta.
Casi la mitad de las personas que ingresaron a Europa provenían de Siria, que afronta una cruenta guerra civil desde hace cuatro años, mientras que el 20% llegó desde Afganistán y el 7% desde Irak, según informó la OIM.
Muchas de las personas que migran al huir de la guerra y la persecución es probable que reciban el estatus de refugiados, mientras que otros que llegaron en búsqueda de trabajo corren el riesgo de ser deportados.
De los fallecidos, 2889 eran viajaban desde el norte de África hacia a Italia, afirmó la OIM, y 706 murieron ahogadas al intentar cruzar el mar Egeo hacia Grecia y 72 al tratar de llegar a España. Algunos ni siquiera pudieron ser identificados. Los cuerpos de otros, como el niño de tres años Aylan Kurdi, varado en las costas turcas, estremecieron al mundo y trajeron promesas de acción.
Fuente: Tiempo Argentino