Boyan Slat, un innovador de 20 años de edad, de los Países Bajos, tiene ante sí un ambicioso proyecto: se ha propuesto, nada más ni nada menos, que retirar de los océanos los millones de toneladas de basura de plástico que flotan a lo largo de sus corrientes. Y a juzgar por el apoyo que ha recibido su novedoso enfoque del problema, hay una buena probabilidad de que pueda tener éxito.
Las corrientes cíclicas masivas de los océanos del planeta hacen difícil la recogida o incluso el seguimiento de la basura, pero la Ocean Cleanup Foundation de Slat está desarrollando una manera de utilizar esas corrientes a su favor. Slat imagina largas cadenas de flotadores que arrastren la basura de la superficie del océano al tiempo que permitan a la vida acuática y a las propias corrientes pasar por debajo. La compañía estima que una matriz de limpieza estacionaria de 100 kilometros podría eliminar el 42% del Gran Parche de Basura del Pacífico en 10 años, lo que representa un total de 70,320,000 kg de residuos plásticos. Por ahora, se está instalando un sistema de prueba de 2.000 m en Japón, que se convertirá en la estructura flotante más larga del mundo cuando esté terminada.
El Ocean Cleanup comenzó con una campaña de crowdfunding que el año pasado recaudó 2 millones de dólares. Bastante increíble para un joven de 20 años de edad que no estrella de Hollywood.

Esta linea flotante de 2.000m se convertirá en la estructura flotante más larga del mundo cuando esté terminada en 2016.

Este es el primer paso del plan de Boyan Slat, de 20 años de edad, para liberar el océano de basura plástica flotante.

Este plan pretende usar las corrientes cíclicas de los océanos, llenas de desperdicios y retirar de ellas la basura.

Su objetivo es construir una estructura de 100 km que podría recoger 70.320.000 de plásticos en 10 años.

Slat estima que su método supondría un costo de unos 4,53 euros por kilo, lo que es solo el 3% del costo de otros potenciales métodos de limpieza.