Los investigadores descubrieron que el virus, al ser inhalado hacia un tumor de pulmón o inyectado en tumores de ovario, colon o mama, desencadenó en el sistema inmunitario de ratones una reacción que eliminó dichos tumores y además proporcionó una protección sistémica contra las metástasis. Así lo constató la investigación realizada por científicos de dos universidades de Estados Unidos, en un estudio publicado en Nature.
Aunque el enfoque adoptado por Nicole Steinmetz y sus colegas es inusual, la idea básica tiene un centenar de años, y consiste en colocar algo dentro del tumor, para así alterar el entorno que mantiene inactivo al sistema inmunitario, permitiendo que el sistema de defensa natural ataque al tumor maligno.
La ventaja del virus de la planta mosaico del caupí, es que no causó efectos secundarios detectables, lo cual es un problema habitual con las terapias tradicionales y algunas inmunoterapias.
La corteza de este virus, cuyos componentes infecciosos fueron eliminados y que en la foto aparecen en color azul, activó el sistema inmunitario en ratones para acabar con los tumores y protegerles contra la metástasis.
Las nanopartículas basadas en el virus actúan como un interruptor que activa el sistema inmunitario, para que éste reconozca al tumor como una amenaza y luche contra él, así como para que lo recuerde.
Las partículas son potentísimas, fáciles de producir y no necesitan transportar antígenos, fármacos u otros agentes inmunoestimulantes, ni en la superficie, ni dentro. Sin embargo, como en todo desarrollo médico nuevo, habrá que hacer muchos más experimentos y luego ensayos clínicos, a fin de tener seguridad de que la nueva técnica es apta para ser aplicada a pacientes humanos.
Imagen: Nicole Steinmetz.
Fuente: NCYT