No contento con limitar su habilidad pictórica unicamente al lienzo, el artista berlinés James Bullough cambió las pinturas al óleo por latas de aerosol y rodillos. Su arte urbano es un retroceso a su infancia, influida por la cultura del graffiti de Washington DC en la década de los 90.
Cortando a tiras sus creaciones y desplazando los segmentos, Bullough consigue en sus imágenes una cualidad de impresión lenticular, dotándolas de una apariencia de movimiento.
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