La bandera iraquí oleó ayer de nuevo en el complejo de edificios gubernamentales de Ramadi y dejó atrás poco más de medio año de control por parte de Estado Islámico.
El ejército de Iraq se anotó el domingo su primera gran victoria en contra Daesh desde que la organización implantó su califato sobre un tercio del territorio iraquí, en junio de 2014.
La operación que puso fin al dominio por parte del EI en el territorio empezó hace una semana y contó con el apoyo de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos y Reino Unido. Hay cierta confusión sobre el número de yihadistas que resultaron muertos durante el enfrentamiento. Mientras desde la agencia Efe aseguraron que al menos 40 de ellos fueron abatidos, otros medios, como el iraní Hispan TV, afirmaron que fueron más de 100 los integrantes de EI que murieron en manos de las fuerzas iraquíes en los combates para liberar Ramadi.
Recuperar su bastión
Liberar Ramadi del Estado Islámico significa para el gobierno iraquí recuperar su antiguo bastión, capital de la provincia sunita de Anbar y ubicada a unos 90 quilómetros al oeste de Bagdad.
Ramadi fue conquistada el pasado mes de mayo durante un ataque que obligó a las tropas gubernamentales a huir. La pérdida de la ciudad también influyó en el replanteamiento de la estrategia de apoyo y entrenamiento del ejército iraquí por parte de Estados Unidos.
Próximo objetivo: Mossul
El gobierno iraquí anunció el domingo que la próxima meta de sus tropas es Mossul, la importante ciudad del norte del país que el Estado Islámico conquistó en 2014 y convirtió en centro de su califato.
El primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, prometió que 2016 será el año del fin de la presencia del EI en Iraq.