El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, dio un paso adelante para regular el control de armas. El mandatario había pedido en reiteradas ocasiones al Congreso que reforzara las leyes sobre armas de fuego, cuya legislación no ha sufrido una modificación relevante desde la década de 1990.
Sus llamamientos se intensificaron después de la masacre de 2012 en una escuela primaria en Newtown (Connecticut) y quedaron de nuevo en su agenda política tras los recientes tiroteos de Colorado Springs y San Bernardino.
Ante la negativa del Congreso a actuar, el presidente estadounidense adoptó ayer de forma unilateral un paquete de acciones ejecutivas y propuestas para ejercer mayor control tanto a compradores como a vendedores de armas.
Las medidas impulsadas dificultarán la adquisición de una licencia tanto a los vendedores profesionales como a los minoristas -para los que ya se aplicaba esta norma- y también a aquellos que venden armas por Internet o en ferias. Todos ellos tendrán que solicitar una licencia y, por lo tanto, realizar la revisión de antecedentes.
Además, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF) reclamará verificación de antecedentes para toda persona que intente adquirir “las armas más peligrosas” a través de corporaciones u otras entidades legales anónimas y creará un Centro de Investigación de Internet para localizar el tráfico ilegal de armas por la red.
Obama también quiere invertir 500 millones de dólares para mejorar el sistema de revisión de la salud mental de los compradores de armas.
Un pequeño avance
El derecho a portar armas está protegido por la Constitución de Estados Unidos, y la Asociación Nacional del Rifle, el mayor grupo de activistas a favor de las armas y muy respetado en Washington por su capacidad para movilizar a los dueños de armamento.
Obama reconoció que las medidas “no van a resolver todos los crímenes violentos en este país ni van a evitar todos los tiroteos masivos” pero, subrayó, “pueden salvar vidas y ahorrarle a las familias el dolor y la extraordinaria pérdida que han sufrido tantos como consecuencia de que las armas caigan en las manos equivocadas”.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ya advirtió en un comunicado de que, a falta de conocer «los detalles del plan», Obama está «cuanto menos saltándose la rama legislativa» de una forma «peligrosa».