Un nuevo plan de seguridad aprobado por el presidente Vladimir Putin ha establecido que las acciones de la OTAN suponen una amenaza para la seguridad de Moscú.
“El aumento del potencial militar de la Alianza Atlántica y la consolidación de funciones globales implementadas en violación del derecho internacional, el impulso de la actividad militar de los países del bloque, la expansión de la alianza y el acercamiento de su infraestructura militar a las fronteras rusas, crean una amenaza para la seguridad nacional”, afirma el documento.
Más adelante se sostiene que “la política doméstica y exterior independiente de Rusia ha gatillado una contra reacción de Estados Unidos y sus aliados que busca mantener su dominación de los asuntos globales”.
Antes de liberar el documento, destaca Kurt Nimmo de Infowars, Putin ha respondido con fuerza al despliegue de tropas de la OTAN en Polonia y los países bálticos sumando 40 misiles intercontinentales a su arsenal nuclear, anunciando también el desarrollo de nuevos armamentos.
La cooperación entre Rusia y la OTAN terminó en marzo de 2014 luego del referéndum que anexó Crimea a la Federación Rusa.
Nótese que desde su formación en 1949, y tras el colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría – escribe Nimmo – la OTAN ha incrementado considerablemente sus miembros, desde 12 a 28 países, con otros pensando en unirse a la Alianza. Luego del golpe suave del Euromaidan en Ucrania, el primer ministro Arseni Yatseniuk señaló que el país estaba considerando integrarse a la OTAN.
Entre las operaciones más importantes de la coalición se encuentran la ocupación de Afganistán y Kosovo, aunque en el último tiempo ha ampliado el horizonte de enemigos procurando combatir la piratería y las “amenazas cibernéticas”.