La conducta de Georg Ratzinger ha vuelto a la palestra luego de que una investigación sobre pederastía en Alemania revelara que al menos 231 niños que cantaban en un coro varonil infantil, dirigido durante 30 años por el hermano mayor del Papa emérito Benedicto XVI, fueron víctimas de abuso físico durante un periodo de casi cuatro décadas, de acuerdo con un abogado que investiga los reportes sobre los delitos.
Ulrich Weber, comisionado por el coro para investigar las acusaciones de golpizas, tortura, privación de alimento o abuso sexual, recopiló los testimonios de más de setenta víctimas, hoy adultos, y considera que los maltratos –de índole sexual en al menos medio centenar de casos, desde caricias inapropiadas hasta violaciones– fueron incluso más generalizados de lo que se creyó cuando salieron a la luz por primera vez, en 1987, cuando muchos alumnos acusaron al entonces director de primaria, Johann Meier.
En una rueda de prensa en Ratisbona, en el Estado alemán de Baviera, en donde las raíces del coro la Catedral de esa ciudad se remontan al año 975, Weber calculó que entre 1953 y 1992, uno de cada tres miembros del coro y de una escuela afiliada sufrieron algún tipo de abuso físico por parte de sacerdotes y profesores. El ensamble vocal de la institución fue dirigido por Georg Ratzinger, hermano de Joseph, desde 1964 hasta 1994.
Cuando Meier abandonó el colegio, en 1992 –falleció ese mismo año–, el caso fue desestimado, y el sacerdote Georg Ratzinger, hermano del futuro Pontífice, aseguró en una entrevista con el diario alemán Passauer Neuen Presse que no sabía nada del tema. Tiempo después, ya con su hermano en el trono de San Pedro, afirmó que «si hubiese sabido con qué exagerada dureza se actuó, habría dicho algo entonces», aunque admitió que «antiguamente los sopapos eran la reacción ante el mal comportamiento o una consciente merma del rendimiento». Para el abogado Weber, a quien la propia diócesis de Ratisbona le encargó un informe tras años de denuncias y sospechas, «después de realizar mi investigación, debo asumir que sí sabía». Dijo, además, que las cifras pueden ser todavía mayores, y que es probable que entre 600 y 700 niños hayan recibido maltrato físico, sobre todo durante la década del ’70.
El caso volvió el año pasado luego de un lustro de silencio. En 2010, en una entrevista concedida al diario Der Spiegel, el hoy compositor Franz Wittenbrink había revelado detalles sobre las macabras prácticas que se aplicaban a los alumnos, describiendo un «sádico sistema de castigo relacionado con el placer sexual».
En febrero de 2015, la diócesis de Ratisbona aceptó que hasta 72 niños hubieran sido víctimas de abusos y les ofreció una compensación de 2500 euros, anunciando en abril que cooperaría para esclarecer lo sucedido. Los resultados de esa investigación, ahora revelados, amenazan multiplicar el escarnio para la iglesia alemana.
Fuente: Tiempo Argentino