Hay muchos aspectos de David Bowie que seguirán siendo considerados en los días sucesivos a la triste noticia de su muerte. Las letras crípticas del primer single de su último álbum son un recordatorio de que la inusual apariencia de sus ojos fue una clave para construir su imagen y personalidad como estrella.
«Al centro de todo, al centro de todo, tus ojos, tus ojos».
De hecho, su icónica presencia es usada en la campaña para publicitar su disco ★ [Blackstar]. Para muchos, esta característica es una parte medular de lo que va a quedar en nuestras memorias como la imagen de Bowie.
La mayoría de la gente cree que el músico tenía una condición llamada heterocromía, que consiste en que un iris es de diferente color que el otro, como uno azul y otro café, por ejemplo.
Pero esto no es lo que le daba a David Bowie esa mirada única. Sus ojos tenían esta apariencia debido a otra condición, llamada anisocoria, que se caracteriza por una diferencia de tamaño entre ambas pupilas. En el caso de Bowie, su pupila izquierda estaba permanentemente dilatada.
Esta diferencia crea la ilusión visual de que los ojos tienen diferentes colores, porque mientras una pupila responde a los cambios de luminosidad, cambiando de tamaño, la otra se queda fija. Al compararlo con su ojo sano, el iris izquierdo de Bowie parecía más oscuro por influencia de su pupila negra, más grande y dilatada.
¿Cómo le pasó esto?
Anecdóticamente, la anisocoria de Bowie se produjo a los 15 años, cuando tuvo una pelea con su amigo George Underwood en la primavera de 1962. Los dos amigos se fueron a los golpes por una niña que a los dos les gustaba. Luego del incidente su amistad se mantuvo intacta, pero también el daño en el ojo izquierdo de David.
Un golpe llegó a rasguñar su globo ocular, lo que resultó en una parálisis de los músculos que contraen la pupila. Desde entonces, el ojo izquierdo del Camaleón permaneció para siempre con esa mirada fija y dilatada.
Con el correr del tiempo, Bowie terminó agradeciendo a Underwood por las secuelas de ese golpe, diciéndole que le había dado «una especie de mística«. Esa mística le sirvió para enriquecer varias de sus mejores creaciones y realzar su especial imagen, como en el video de Life on Mars o la portada del álbum Heroes (1977).
Frente a la cámara o desde el escenario, su mirada fija tenía un aire de misterio y rareza que contribuyó a cultivar su inconfundible y original imagen.
En un mundo tan uniformado por un ideal de perfección física, la rara pupila de Bowie era un signo de belleza y un valioso sello de identidad.
https://www.youtube.com/watch?v=v–IqqusnNQ
Traducción y redacción, CCV.