Asesinos del general Schneider indultados por Pinochet

Siempre tenemos que encontrar entre asesinos a los agentes de la CIA coludidos con los militares chilenos

Asesinos del general Schneider indultados por Pinochet

Autor: Director

Siempre tenemos que encontrar entre asesinos a los agentes de la CIA coludidos con los militares chilenos. Los norteamericanos hacen lo que han hecho siempre, intervenir en asuntos internos de un país, pero eso deja al descubierto a los miserables de los que se ponen a su servicio, los que actúan y reciben sus órdenes, y luego van a estirar la mano para recibir la paga  de traidores, y luego se van a pasear a sus clubes de oficiales, y sus hijos y sus hijas se casan con las hijas e hijos de otros oficiales también, y en los matrimonios se juntan todos y así se mantiene la gran familia militar, donde comparten los que dicen ser  limpios y los otros que son unos vendidos a bajo precio. La CIA tiene esa suerte, la de encontrar uniformados en saldos y ofertas permanente.

Fue en la Embajada de los Estados Unidos en Chile donde se entregaron las armas que utilizó un comando de ultraderecha para asesinar al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, general Rene Schneider.  Un crimen con premeditación y alevosía. Se sabe que de esta criminal idea estaban informados algunos generales, todos con sueldos de la CIA y esto no debe causar asombro; hay oficiales trabajando para el gobierno norteamericano, desde muchos años, así que de valientes soldados, de amor patriótico, de honor militar… nada.

“El ejército es garante de una elección normal, de que asuma la Presidencia de la República quien sea elegido por el pueblo, en mayoría absoluta, o por el Congreso Pleno en caso de que ninguno de los dos candidatos obtenga más del 50 por ciento de los votos” (1) Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas General René Schneider. Septiembre 1970.

Estas declaraciones sentaron las bases de lo que se llamó posteriormente la Doctrina Schneider, que se resumen en el respeto ejercido por las Fuerzas Armadas a la institucionalidad de Chile y la voluntad soberana. Esta consecuencia le costó la vida a manos de sus propios compañeros de armas; no era un general al que se podía comprar, no estaba en oferta, era un militar tan digno, y por aquello era un “problema” para los golpistas pero también para los Estados Unidos, para los intentos sediciosos ya en esos meses de septiembre de 1970.

“Hemos aceptado el veredicto de las urnas. Reconocemos y apoyamos en estos momentos a dos postulantes a la Presidencia de la República, que son los que obtuvieron las dos primeras mayorías relativas, el señor Allende y el señor Alessandri. Legalmente le corresponde al Congreso Nacional decidir cuál de los dos será el futuro Presidente de Chile, y a quien elijan ahí, lo debemos apoyar hasta las últimas consecuencias” (2) Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas General René Schneider. Septiembre 1970.

Participaron en este asesinato: general Camilo Valenzuela (recibió 50.000 dólares) general Roberto Viaux (recibió 30.000 dólares y un seguro de 250.000 dólares) general Alfredo Canales. Almirante Hugo Tirado, Comandante en Jefe de la Armada (recibió 50.000 dólares); general Joaquín García, segunda antigüedad en la Fuerza Aérea; Vicente Huerta director general de Carabineros. Civiles: Juan Luis Bulnes Cerda, Diego Izquierdo Menéndez, Jaime Melgoza Garay. Todo este conjuro para detener el “comunismo” en Chile.

Fue Fiscal Militar el general Orlando Urbina y las sentencias fueron: Roberto Viaux condenado a 20 años y pronto se le rebajó la pena a unos cuantos meses y se fue a vivir al Paraguay. Juan Luis Bulnes y Diego Izquierdo cuando se les procesó no estaban en Chile; luego de haber cometido el crimen abandonaron el país, fue por ello que resultaron sobreseídos; cuando volvieron al país Pinochet ya era el dictador… todos indultados con su firma de puño y letra.

La Corte Suprema de Justicia en aquellos años dejó también su carácter de clase y concomitancia con los criminales, como lo hiciera algunos años después al aceptar y dar su legitimidad el Golpe de Estado, rechazando todos los recursos de amparo, dejando indefensos a un país en su totalidad, cuando ellos eran un regimiento más.

La sentencia dice que “no hubo dolo homicida en el accionar de los culpables”. Los responsables, lo que intentaban hacer con esta acción era el secuestro del general Schneider, en suma, su muerte violenta por los disparos fue “pura mala suerte…” (3) Todos saben que la muerte durante un secuestro no es un atenuante sino un agravante.

La familia militar no es numerosa, todos se conocen. Algunos años después ya en dictadura, el general Arellano Stark, quien actuando por orden del Augusto Pinochet asesinó a casi un centenar de prisioneros políticos, intercedió personalmente para que su amigo y colaborador el general Camilo Valenzuela, no tuviera que ir a firmar al patronato de reos… todo un gesto de amistad hacia la familia militar.

Pero los papeles no suelen dormir el descanso eterno, cuando despiertan suelen provocar más de un malestar a tanto patriota estrellado y lleno de laureles.

El año 2001 la familia del general René Schneider presentó una demanda en contra de Henry Kissinger que incluye también a un Director de la CIA, y causa tanto asombro que el ejército chileno no haga nada por apurar alguna sentencia, que se diga alguna palabra.  Henry Kissinger, premio Nobel de la Paz… no está muerto.

Por Pablo Varas

(1) (2) (3) Allende. Cómo la Casa Blanca provocó su muerte. Patricia Verdugo. Editorial Catalonia. Santiago Chile. Agosto 2003.


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