«Me llamo JK Brown. Vivo en un pueblo al oeste de Gales. Esta parte del país es conocida por ser el hábitat de numerosa fauna, lo que supone una constante inspiración para mi». Así se presenta este maravilloso escultor, que transforma la chatarra en delicadas esculturas.
Dice JK Brown: «Desde que tengo memoria, me encanta observar a los animales (especialmente en libertad) y también dibujar y crear como una forma de celebrar la naturaleza. A menudo, cuando salgo a pasear, recojo fragmentos de metal que han sido tirados ilegalmente o que han llegado a la playa. Con paciencia, convierto estas piezas en monumentos al mundo natural que me rodea: un hábitat que va fragmentándose cada vez más». Y agrega: «Mi propio proceso de revertir esta fragmentación es para mi un antídoto calmante contra la locura del consumismo sin fin».