Tras comentar al fallo del Pleno de la Corte de Apelación que decidió por unanimidad desaforar al senador Jaime Orpis, por los delitos que le imputa el Ministerio Público, el ex presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade –quien el próximo 11 de marzo asumirá la presidencia de la Cámara de Diputados– conversó con El Ciudadano respecto al acuerdo de la Nueva Mayoría para turnar la presidencia de la Corporación, de sus preferencia presidenciales y de la situación del suspendido diputado Cristian Urizar, quien enfrenta cargos por fraude al Fisco mientras se desempeñaba como consejero regional de Valparaíso.
Muy en su estilo sarcástico, el abogado socialista comparó la forma en cómo su partido resolvió la situación del hijo y la nuera de la Presidenta Bachelet como militantes del PS, a raíz de su vinculación con el caso Caval. Andrade dijo que, a diferencia del criterio político de la UDI, de no expulsar de sus filas al condenado exsenador Jovino Novoa en el marco del caso Penta, el Tribunal Supremo del PS sí expulsó al matrimonio Dávalos-Compagnon, ratificando de esa manera el rigor de su colectividad para aislar responsabilidades personales de sus militantes.
“Permítame un ejemplo en sentido contrario: nuestros compañeros Compagnon (Natalia) y Dávalos (Sebastián) renunciaron al Partido Socialista, pero el Tribunal Supremo igualmente los expulsó; las instituciones también tienen que asumir las responsabilidades”, sostuvo.
No obstante que El Ciudadano le pidió un pronunciamiento como futuro presidente de la Cámara respecto a la situación que afecta al diputado Cristian Urizar, quien se encuentra formalizado por la Fiscalía regional de Valparaíso por presunto fraude al Fisco mientras ejercía como Core, Osvaldo Andrade evitó hacerlo en esa calidad, argumentando que aún hay que ratificar su arribo a la mesa. “Hay que votar. Hay un acuerdo. Permítame decirle que como yo soy un político antiguo, siempre he pensado que los votos hay que contarlos después que se emitan”, aclaró.
En la eventualidad que se confirme su llegada a la mesa de la Cámara, y en términos de la rigurosidad con que según usted su partido resuelve los problemas legales de sus militantes ¿cómo piensa abordar la situación del diputado Urizar?
Quiero ser preciso: él está formalizado y por esa razón ha suspendido su militancia en el Partido Socialista, y ha renunciado al ejercicio de sus derechos como militante; cuestión que a mí me parece bien porque se hizo a insinuación mía cuando yo era presidente del PS.
Andrade explicó que el partido está a la espera del completo desarrollo del procedimiento, y expresó su deseo de resolver lo antes posible el asunto que lleva adelante la Fiscalía. “Esperamos que ojalá el Ministerio Público pudiera actuar con cierta celeridad para definir la situación del diputado Urizar”.
El parlamentario que representa a Puente Alto, sostuvo que frente a la situación del ex core porteño, él tiene dos líneas de procedimiento. “Una cosa es lo que determine el Ministerio Público, y lo otro es lo que tiene que evaluar el Partido Socialista desde el punto de vista de si existe un reproche ético al respecto, que (en todo caso) es un tema del PS; yo no soy dirigente del partido”, precisó.
Candidaturas presidenciales: Andrade le pone fichas a las mujeres
En su calidad de expresidente del PS, exministro y personero de la Nueva Mayoría, y atendido el hecho que su partido posee dos figuras que hoy se vislumbran como candidatos presidenciales, como el expresidente Lagos y la senadora Isabel Allende, ¿dónde pondría usted sus fichas, ya tiene decido a quién va a apoyar?
Primero quiero decirle que usted está equivocado, no son dos, el Partido Socialista tiene, y esa es una de sus virtudes, más de dos candidatos; tiene al expresidente Lagos, al exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y por cierto, a la presidenta del partido, la senadora Isabel Allende, que por lo demás está muy bien situada en las encuestas. Yo me congratulo que el PS tenga tres figuras tan destacadas que proponerle al país. Respecto a la definición… el que le gane a la derecha.
Andrade agregó que esa opción debe cumplir el objetivo de “mantener la perspectiva transformadora, reformista del gobierno de Bachelet; el que cumpla esas dos cosas va a contar conmigo”.
La pregunta, señor Andrade, apunta al aspecto de la edad de ambos potenciales candidatos, Lagos y Allende; los dos ya superan los 70 años de edad. Isabel Allende asumiría la Presidencia de la República con 73 años…
¿Cuál es el problema?
Se lo planteo porque, por ejemplo, los jueces tienen que irse a los 75 años.
No entiendo cuál es el problema… ¿a qué edad se van los periodistas, el dueño del diario? Entiendo que la Constitución establece una edad mínima y algunos otros requisitos; no sabía que su diario estaba poniéndole límite de edad (a los candidatos presidenciales).
Insisto, hoy existe una verdadera vocación por el exitismo que trae aparejado la juventud, en este sentido la gente podría preguntarse si una persona a los 73 años está en condiciones de dirigir el país…
La democracia consiste en que la gente se puede pronunciar, y tal cual como le preocupa a usted y me expresa esta preocupación a través de su pregunta, hay mucha gente que tiene la misma preocupación y tiene un juicio al respecto: votará en otra dirección. Para eso es la democracia. Lo que si me atrevería a insinuar es que no creo que sea un tema de formalidades legales, ni nada por el estilo.
Para concluir, el exministro del Trabajo hace la siguiente reflexión: “A propósito de la salud pública, Chile es uno de los países que ha mejorado ostensiblemente sus expectativas de vida, particularmente en las mujeres… mire usted (Sonríe). Entonces, ¿para qué las vamos a jubilar antes?
Aunque de esta reflexión no es posible colegir la preferencia presidencial del diputado que en marzo se sentará, sí o sí, en la testera de la Cámara Baja –institución que pasa por su propia crisis de confianza, al revelarse el sistema de anticipos de sueldos a sus miembros, pagados en cómodas cuotas, sin reajuste ni intereses– al menos se puede concluir que el abogado de la PUC le otorga un valor dogmático e incontrarrestable a las estadísticas sanitarias, que, coincidencia o no, esta vez juegan a favor de la actual presidenta de su partido. Que lo sepa Isabel Allende: tiene un hincha.