La victoria del tener sobre el ser

Edgar Bauer escribe lo siguiente sobre el amor: “El amor es un dios cruel, que, como toda deidad, aspira a adueñarse del hombre, en su totalidad y no se da por satisfecho hasta que éste no le ha sacrificado no solamente su alma sino también su yo físico

La victoria del tener sobre el ser

Autor: Director

alonsosalinas

Edgar Bauer escribe lo siguiente sobre el amor: “El amor es un dios cruel, que, como toda deidad, aspira a adueñarse del hombre, en su totalidad y no se da por satisfecho hasta que éste no le ha sacrificado no solamente su alma sino también su yo físico. Su culto es la pasión, y el punto culminante de este culto el sacrificio de sí mismo, el suicidio”.

Aquí Bauer ha convertido el amor en un “dios”, y no cualquier dios, sino en un “dios cruel”, separa el amor del hombre como entidades apartes. El sustantivo “amor”, que solo es la abstracción de la actividad de amar, se convierte en algo ajeno al ser, se transforma en una posesión.

El amor se convierte en un  dios, en un ídolo en que el hombre proyecta su amor; en este proceso de enajenación deja de sentir el amor, y solo está en contacto con su capacidad de amar por su sentimiento al dios del amor. El ser humano ha dejado de ser una persona activa que siente; se vuelve adorador enajenado de un ídolo, y se siente perdido cuando no está en contacto con su ídolo.

A través de la sustitución de los sustantivos por verbos en el escrito de Edgar Bauer vemos el abandono del ser y la conquista del individuo por tener, en Bauer vemos reflejado la deshumanización del sentimiento y como este se transforma en algo ajeno al hombre. Ya no se siente amor, se posee el amor, se enajena del sentir y se deja de ser un ser activo que siente.

El tener manifestado en la cita no se limita ahí, en nuestra realidad el tener se observa más allá de la deshumanización de los sentimientos, siendo este uno de los ejes del tener pero no su principal característica.

En nuestra era, un ejemplo de la dominación del tener sobre el hombre se puede ver, aunque de una forma exagerada en leves proporciones, cuando una persona recurre a un psicólogo, iniciando la conversación de la siguiente forma; “Tengo una preocupación; tengo insomnio. Tengo una casa bonita, hijos hermosos y un matrimonio feliz, pero tengo muchas preocupaciones”

Hace ya varios años en una época olvidada y lejana para nuestro mundo globalizado neoliberal, en vez de “tengo una preocupación”, el paciente probablemente habría dicho; “Estoy preocupado”; en vez de “tengo insomnio”, “no puedo dormir”; en vez de “tengo un matrimonio feliz, habría dicho “soy feliz en mi matrimonio”. Esta estructura del discurso en base a la posición  es un indicador de un alto nivel de enajenación prevaleciente, la determinación del sujeto por el tener.

Cuando se dice “tengo una preocupación”, en vez de “me siento preocupado”, se elimina la experiencia subjetiva; el yo de la experiencia se ve reemplazado por la posesión. Se transforma el sentimiento en algo que yo poseo: la preocupación; pero “preocuparse” es una expresión abstracta que se aplica a todo tipo de dificultades, entonces no puedes tener una preocupación, porque no la puedes poseer; sin embargo, ésta si puede poseerte.  Es decir se trasformado el yo en “una preocupación” y se es controlado por la propia creación.

La manera de hablar del paciente revela una alienación oculta, inconsciente, la alienación del tener.

Alienación presente en nuestra sociedad consumista, es más el consumismo es el producto del tener sobre el ser. Tal es la dominación del tener que nuestra sociedad occidental ha convertido ritos religiosos del cristianismo en ritos religiosos del capitalismo. Lo sagrado se ha vuelto profano, la navidad ya no es el día en que nace el mesías del cristianismo, ahora es el día de los regalos, de las compras, del negocio.

El amor hacia los amigos, familiares y parejas se mide hoy en cantidad de regalos, más regalos o más caro el regalo es sinónimo de mayor amor.

En nuestro mundo ya no hablamos de ser, hablamos de tener, el tener ha dominado en el lenguaje, en la vida social y en la aspiración del hombre.

Un ejemplo visible de la búsqueda máxima del tener se encuentra dentro de Chile, en la sociedad chilena, específicamente en “el ser cuico”. La esencia del ser cuico es en si el tener, la apropiación masiva de todo lo que lo rodea, la toma invasiva del lenguaje y deshumanización de los sentimientos hacia la posesión.

Ser cuico se ha transformado de una expresión a una condición económica a ser una identidad cultural, la máxima aspiración del chileno.

Esta aspiración se ve reflejada en la búsqueda del chileno de poseer más y más, ya sea para escapar de la realidad, para olvidar la marginalidad, segregación o pobreza. Ya no se puede vivir siendo, solo queda para ser aceptado, para recibir confianza o para sentirse bien consigo mismo el tener.

Imposición individual inconsciente que cada sujeto se somete voluntariamente,  de tal forma que hasta el objetivo de la vida, la felicidad se ha sometido al tener. En la búsqueda de la felicidad se ha reducido a la cantidad, cantidad de dinero, cantidad de regalos, cantidad de posesiones, no se puede ser feliz sin tener que continuamente tener algo nuevo. Tal es esta nueva falsa felicidad, que bajo el impulso de los medios de comunicación que nos muestran la vida del “cuico” y la alineación del tener, que todos buscan de forma suicida la posesión, se endeudan para poder poseer, se condenan a una eternidad de trabajo para poder pagar los créditos eternos, en búsqueda de la realización, del “ser cuico” se encuentra la felicidad o al menos la idea de esta en nuestra sociedad.

Es más, no solo es una imposición del individuo sobre sí mismo de forma inconsciente, sino también una imposición del sistema sobre estos, un claro ejemplo se ve en la búsqueda de un trabajo para poder sobrevivir. Para encontrar trabajo hay que imitar en lo más posible la “forma de vestir cuica”, hay que decir que “se vive en comuna cuica” y “hablar en la medida de lo posible como un cuico”, no se consigue trabajo fácilmente vestido con ropa humilde, diciendo que se vive en Independencia o Recoleta y menos hablando como “flaite”.

La aspiración máxima de la sociedad chilena, el ser cuico es en otras palabras la victoria del tener sobre el ser.

Cuando dije en referencia al escrito de Bauer sobre el amor: “El ser humano ha dejado de ser una persona activa que siente; se vuelve adorador enajenado de un ídolo; y se siente perdido cuando no está en contacto con su ídolo”, no solo interprete el escrito de Edgar sino que visualice la realidad del humano en nuestra modernidad. Ya no somos personas activas, que sienten sino que nos hemos vuelto adoradores enajenados de la modernidad, del progreso, de la mística capitalista neoliberal, hoy nos reducimos al tener.

¿Tener o ser?, ¿Habrá una esperanza para el ser humano para volver a humanizarse?

Cada uno de nosotros tiene la respuesta, pero solo juntos la llevaremos a cabo, quedara como misión en este siglo superar no solo el sistema hostil sino superar la hostil existencia individual, dejemos el tener y empecemos a ser.

Estudiante secundario del San Ignacio del Bosque y militante de Revolución Democrática.


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