Luego de 34 días de acampe de la Tupac Amaru junto con otras organizaciones sociales frente a la Gobernación de Jujuy, la dirigente social Milagro Sala fue detenida por orden del juez Raúl Gutiérrez tras la denuncia del gobernador radical de dicha provincia, Gerardo Morales, por «instigación al delito y tumulto». La policía allanó su casa y Sala quedó detenida en la Comisaría de la Mujer de San Salvador de Jujuy donde lleva a cabo una huelga de hambre en señal de protesta. Mariano Miranda, abogado del Estado provincial, sostuvo: «Mientras se mantenga la comisión del delito», es decir el acampe, «se mantendrá la detención”.
A pesar de que el gobierno no ha podido comprobar ningún disturbio en el mes que la Red de Organizaciones Sociales lleva protestando en la Plaza Belgrano, las acusaciones a Sala son por «alzamiento en contra de las leyes gubernamentales».
Las organizaciones se manifiestan para exigirle una entrevista al gobernador Morales, alineado con Cambiemos, luego de la falta de respuesta ante dos pedidos oficiales de audiencia. La reunión sería para dialogar sobre la continuidad de los planes de vivienda que dependen de esas organizaciones sociales y en rechazo a la redistribución de los planes sociales que planteó Morales.
Para la Tupac Amaru, Sala es una «perseguida política» y la detención cuenta como un «grave precedente para las organizaciones» del resto del país y una “tremenda violación a los derechos sociales, civiles y políticos de los cooperativistas”. La dirigente recibió apoyos de organismos sociales y de derechos humanos, de dirigentes políticos y de legisladores del Parlasur. A su vez, ayer en Capital Federal se realizó una marcha hacia la Casa de Jujuy y desde distintas organizaciones y adherentes en general convocan a una nueva manifestación mañana, lunes, a favor de Milagro Sala.