Los trabajadores de la Aerolíneas Sol acampan en Aeroparque

Esperan una respuesta a su situación luego de que la empresa dejara en la calle a 3oo empleados. Sol Líneas cesó sus actividades a partir de que Aerolíneas Argentinas rescindiera un contrato de cooperación.

Los trabajadores de la Aerolíneas Sol acampan en Aeroparque

Autor: Estefanía González

El hall B de Aeroparque funciona de escenario para la protesta de los trabajadores de Sol Líneas Aéreas que desde el viernes pasado comenzaron a recibir los telegramas de despidos. La empresa, ante la cancelación de un contrato de cooperación para vuelos regionales por decisión de la gestión macrista en Aerolíneas Argentinas, canceló todos sus vuelos y despidió a todos sus empleados por «inviabilidad económica».

Los empleados se están manifestando para exigir la presencia de las autoridades de la empresa, la intervención estatal en el conflicto y una ayuda para los 300 trabajadores que se quedaron sin empleo. Si bien mañana, lunes, celebrarán una reunión en el Ministerio de Trabajo, según declaraciones a Télam las expectativas por parte de los empleados «no son buenas». El titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) Pablo Biró explicó que lo que pretenden es la reincorporación de los 300 puestos laborales porque «aquí no ha habido ni pedido de quiebra ni cese de actividades justificado».

Por su parte, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, afirmó que «el Estado debe tener responsabilidad en la asignación de recursos» y agregó que desde el Gobierno «planteamos a la empresa que termine las cosas como dice la ley». Es decir, que al menos por lo que se deja entrever en sus declaraciones, el Gobierno Nacional no destinará fondos para salvaguardar a la empresa o para resarcir a los trabajadores.

Mariano Recalde, ex presidente de Aerolíneas Argentinas durante el kirchnerismo, sostuvo que el Acuerdo de Cooperación por el cual Sol Líneas Aéreas alquilaba sus horas de vuelo a Aerolíneas Argentinas por viajes a zonas cercanas donde los aviones de la empresa estatal «no eran eficientes», era beneficiario tanto para Aerolíneas como para la empresa rosarina.

A través de este acuerdo, Aerolíneas se quedaba con la plata de los pasajes y le pagaba a Sol Líneas Aéreas las horas de vuelo más el combustible: 1 millón de pesos diarios. «Nosotros vendíamos mucho más que un 1 millón de pesos diarios de los pasajes a Sol», aseveró Recalde y agregó que la finalización de este acuerdo obligó al quiebre de Sol.


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