Si bien la idea se asemeja a una escena cinematográfica futurista, no está muy lejos de concretarse, pues un grupo de científicos, entre ellos un compatriota nuestro, ya trabaja en el experimento.
El primer paso de este trabajo a largo plazo será lograr que este noble tubérculo crezca en condiciones terrestres hostiles, muy parecidas a las del planeta rojo. Para ello, el Centro Internacional de la Papa (CIP) y la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), instituciones que lideran el proyecto, eligieron el desierto de Pampa de La Joya, ubicado a 70 kilómetros de Arequipa, por ser análogo al suelo de Marte.
Pero ¿qué características comparte Marte con La Joya? De acuerdo con Julio Valdivia, líder científico de la investigación y asociado del SETI de NASA, el desierto peruano posee características físicas, químicas, geológicas y orgánicas muy similares al planeta rojo.
“Tiene algo que es vital, la composición del suelo es muy volcánica. Además hay cantidades de minerales, de hierro, que destruyen la materia orgánica, que impide la vida macroscópica (que puede apreciarse sin ayuda de un microscopio)”, detalla Valdivia.
Eso quiere decir que si algún organismo intenta crecer allí se destruye. Por esta razón, es difícil encontrar insectos asomándose debajo de una roca como sí los hay en el desierto del Sahara.
Otra similitud –añade Valdivia– se centra en la geomorfología (el paisaje). La formación de las estructuras que conforman el horizonte de La Joya es visualmente semejante a la de Marte, por sus dunas, formaciones rocosas y más.
A esto se suma la parte geoquímica. La composición y reacción de sus compuestos con el ambiente son muy parecidas a las de Marte.
Todos estos elementos llevaron a la NASA a considerar a Pampas de La Joya como el lugar indicado para el experimento. Sin embargo, habrá ciertos puntos a tomar en cuenta a lo largo del proceso.
Al no ser Marte, sino un espacio terrestre con características muy parecidas, los científicos deberán recrear ciertas condiciones. Una de ellas es su compleja atmósfera.
Según las exploraciones realizadas por las diferentes agencias espaciales, se sabe que el cielo marciano está formado básicamente por dióxido de carbono (CO2). También se recreará la radiación extrema producto de los rayos ultravioletas tipo C.
“Pese a que en Arequipa el impacto de estos rayos es mayor que en otra parte del país, no se asemejan”, dice Valdivia.
Lo mismo se hará con la presión del ambiente. Respecto a la gravedad, que es un tercio de la terrestre, no se podrá lograr en primera instancia pero se irá probando a lo largo del experimento.
Pero ¿cómo se logrará lo antes mencionado? Para simular un espacio marciano se construirá un pequeño domo o simulador. Este trabajo se iniciará este mes.
“Ya se está construyendo uno en los EEUU y se trabajará uno aquí, con peruanos. Será 100% ‘made in Perú’”, refiere Julio Valdivia y añade que “será como una olla a presión de 30 por 30 centímetros”.
Mientras eso sucede, los científicos del Centro Internacional de la Papa realizarán las primeras pruebas. Por esta razón, Valdivia viajará a Arequipa en estos días con la finalidad de traer aproximadamente 80 kilos de arena de Pampas de La Joya. Esta cantidad de suelo inerte permitirá realizar estudios más finos de su composición en laboratorios, así como ensayar el sembrado de nuestro tubérculo de bandera.
Cambio climático y más
Pero este trabajo no solo permitirá conocer si la papa peruana será el primer vegetal que se siembre en Marte. De acuerdo con el equipo científico, a través de este experimento se pondrá a prueba el nivel de tolerancia de este tubérculo ante situaciones extremas muy semejantes a las que viviremos por el cambio climático.
Dos de ellas son la aridificación y desertificación. Si bien el primero es un proceso natural que desencadena la formación de un desierto, como el de La Joya, superar el segundo, que implica la degradación de los suelos debido a las variaciones climáticas y a las actividades humanas, será un reto en un futuro no muy lejano.
“El hecho de que haya ciertos tipos de papas que sobrevivan a procesos de hiperaridez, junto a otras condiciones extremas, permitirá utilizar este tubérculo en la alimentación de las personas que viven en lugares del mundo donde están ocurriendo ambos procesos”, enfatiza Valdivia.
Otro punto que tienen en cuenta los especialistas es que muchos de los avances hechos para las misiones en el espacio han contribuido en la Tierra, como los materiales que se utilizan para el cateterismo cardiaco, que se hicieron primero para la exploración espacial.
El porqué de la papa
Seguro usted se pregunta por qué se eligió este tubérculo y no otro, como el camote. La razón es que en el 2014 la NASA hizo pruebas en suelos volcánicos de Hawái, muy similares a los de Marte, y se concluyó que la papa era la indicada.
La razón radica en que la papa, en comparación con otros alimentos, tiene un alto contenido de nutrientes. Además figura entre los cuatro cultivos alimentarios más grandes del mundo y, desde el punto de vista del agro, produce bastante en poco tiempo y con poca agua. Se sabe además que su rendimiento está entre dos y cuatro veces mayor que los cultivos de cereales.
A esto se suma su amplia variedad y su versatilidad ya comprobada, ya que crece en diferentes lugares: los trópicos, en el círculo polar, zonas altoandinas, costas, etc.
Se probarán tres tipos
De las cinco mil variedades que existen en todo el mundo, los expertos del Centro Internacional de la Papa (CIP) han elegido las más resistentes.
Si bien se dijo en un primer momento que serían nueve los tipos de papa que se probarán en esta primera etapa, el CIP precisa que serán menos.
“Vamos a empezar con unas tres variedades que creemos se podrían adaptar a suelos muy secos como los de Marte”, explica Jan Kreuze, virólogo de dicha institución.
Estos tres tubérculos han sido mejorados genéticamente para poder tolerar sequías, calor y suelos adversos, refiere Kreuze. “Se han probado en suelo de algunos agricultores y han crecido bien. Incluso, en el proceso de mejoramiento, han sido sembradas en algunas zonas de Arequipa”, añade.
Sin embargo, el reto será probarla en tierra árida. “Creo que sí va a poder crecer, lo único es que hay que darle un poco de agua”, comenta el experto sobre la probabilidad de éxito de este experimento. Sobre los nombres de estas tres papas, señala que no poseen esta información, pero serán algunas variedades que existen en el mercado, algo “similar a la papa blanca”.
El equipo del CIP empezará este mes las pruebas con material que traerán del suelo de La Joya en una cámara de crecimiento que se encuentra en su local de La Molina. Ver florecer a las primeras papas tomará entre 3 y 4 meses.
¿Cómo usarán el agua en Marte?
De completarse exitosamente las pruebas en la Pampa de La Joya, el siguiente paso será comprobar el crecimiento del tubérculo in situ, con el envío de una misión espacial.
Aunque hace unos meses científicos de la NASA ratificaron la presencia de agua líquida en Marte, el uso de este fluido en el proceso de la siembra será un reto adicional que enfrentará el equipo a cargo de esta tarea, ya que tiene componentes diferentes a la nuestra.
Para encontrar agua líquida en Marte, el planeta tiene que estar a -20 °C y el líquido debe poseer gran cantidad de perclorato (sales hidratadas).
La presencia de este elemento no sería letal para el consumo humano, señaló Julio Valdivia, líder científico del proyecto.
“Será apta para el consumo humano. Quizá tenga un sabor un poco diferente, pero nada más”, sostuvo.
Fuente: La República