Nació en Santiago de Chile. A una edad temprana, se fue a vivir a México. Llegó el mismo año en que ocurrió la masacre del 2 de octubre, por lo que adquirió un fuerte sentimiento de solidaridad con la juventud y las causas sociales. Estudiante de secundaria eterno, abandonó la escuela a los 15 años, motivado por su interés por ser un escritor serio. Sabía que la educación normal no lo guiaría por ese camino, así que se dedicó a leer y escribir todos los días. Mientras algunos estudiaban matemáticas, biología, historia y física, Bolaño se instruía en retórica, gramática, teoría literaria y más, todo por su cuenta.
Esto lo convirtió en un escritor y no un «escribidor», como después llamaría a algunas personalidades de la literatura contemporánea como Isabel Allende, Ángeles Mastretta o Arturo Pérez Reverte. Influenciado por miles de textos entre los que destacan los de los autores Jorge Luis Borges y Nicanor Parra, Bolaño se dedicó a vivir entre ficción.
El infrarrealismo se convirtió en su estandarte. Él creó el movimiento junto a su amigo Mario Santiago. Buscaban defender la literatura pura, por lo que planeaba boicotear la literatura establecida en México que pertenecía al que muchos consideran fue enemigo de Bolaño, Octavio Paz. Roberto Bolaño vivió la vida como se vive la literatura, ese movimiento era una forma de enfrentar la realidad con la ficción, lo establecido con lo alternativo y la cotidianidad con la acción.
Un latinoamericano en Chile, México y España. Su vida se transformó gracias a los viajes que realizó. La primera vez que regresó a Chile, lo hizo como un desconocido, e incluso fue detenido durante ocho días, pero 25 años después, volvería a ese país consagrado como uno de los mejores escritores contemporáneos. A España se fue a vivir a finales de los setenta. Ahí se casó y tuvo hijos, lo que lo hizo moverse de la poesía a la narrativa y fue entonces cuando sus escritos comenzaron a ser rentables. Vivió en España el resto de su vida, pero sus novelas más famosas (Los Detectives Salvajes y 2666) ocurrieron en el país donde formó su profesión y al que tanto amó: México.
Lamentablemente a pesar de escribir algunas de las más importantes obras sobre México y ser un parteaguas en la narrativa contemporánea que se compara con el aporte que Julio Cortázar hizo con Rayuela, el escritor tuvo que morir para ser reconocido internacionalmente, pero es seguro que nadie lo olvidará. Aquí va nuestro granito de arena para recordarlo: 15 libros del escritor salvaje para que descargues y entiendas tanto de la ficción como de la realidad, como él siempre quiso.
Los sinsabores del verdadero policía (2011)