Por más de un siglo, nadie había podido poner sus ojos en esta rana, ni por casualidad. Pero ella existía y estaba viviendo en las alturas, en las copas de los árboles en una selva en India, y resulta que estaba mucho más distribuida de lo que se pensaba. El problema es que a pesar de que la especie ha renacido (para los humanos), los investigadores creen que con el tratamiento que se le está dando a su hábitat en el subcontinente indio, aún hay probabilidades de que desaparezca, pero esta vez para siempre.
Esta rana fue originalmente clasificada como Polypedates jerdonii, pero pruebas de ADN demostraron que era tan diferente de todas las otras ranas que, más que una especie, los científicos apuestan a que es un género. Ahora está clasificada como Frankixalus jerdonii y es una de las 79 especies descubiertas por el biólogo Sathyabhama Das Biju.
La última vez que se registró esta rana fue en 1870, por Thomas Jerdon, y desde entonces se había presumido extinta. Luego se redescubrió en 2007, para estar todos estos años siendo estudiada en profundidad (antes de anunciarse). El nuevo descubrimiento es descrito en un informe publicado en PLOS ONE. «Escuchamos una orquesta musical que venia de las copas de los arboles. Fue mágico. Por supuesto que teníamos que investigar», relata Biju.
Los investigadores encontraron que la especie mantenía a sus crías en los hoyos de los árboles y que este proceso ocurre de una forma muy inusual. Primero, la hembra pone algunos huevos fertilizados en un pequeño charco de agua en el hoyo del árbol, y luego desaparece para esperar que nazcan, y cuando esto ha ocurrido, ella regresa a intervalos a depositar huevos no fertilizados para alimentar a los renacuajos.
Esta inusual forma ayudó a los científicos a explicarse por qué estos renacuajos carecen de unas estructuras similares a dientes, que la mayoría de las especies de ranas tienen, y en su lugar tienen la boca suave para succionar los huevos con facilidad. Los adultos de esta especie se salen de la norma de los anfibios, alimentándose más de vegetación que de insectos y larvas.
Aunque el anuncio del redescubrimiento de esta rana es una buena noticia, Biju advierte que no hay que ser tan complacientes. Los anfibios al rededor del mundo están enfrentando enormes amenazas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que un tercio de todos los anfibios del mundo está al borde de la extinción, y Frankixalus jerdonii no es la excepción, puesto que desde que fue descubierta, los investigadores han visto como la selva ha sido talada y quemada para usar los suelos en la agricultura.
Traducción CCV, El Ciudadano.
Fuente, IFLScience.