La Argentina tiene una tasa promedio de 8,8 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, lo que la ubica como una de las naciones menos violentas de Latinoamérica, aunque todavía por encima de otras de la región, como Chile y Bolivia. Así se desprende de un informe de la organización internacional InSight Crime, fundada en abril de 2010 por dos periodistas estadounidenses. Los datos sobre la Argentina, con todo, corresponden a 2013.
El informe advierte que el guarismo «representa un incremento del 16% con respecto al número de homicidios reportados en 2012». Pero alerta que «la tasa de homicidios de Argentina probablemente ha seguido aumentando en los últimos dos años, debido al creciente papel del país en el tráfico de drogas regional».
En setiembre del año pasado, el hoy viceministro de Seguridad, Eugenio Burzaco, comparó la situación en la Argentina con la de «una Colombia pre-Escobar». El informe replica que la definición «no es del todo certera. Para empezar, Argentina no cuenta con una importante producción de drogas. Y si bien la producción de drogas sintéticas ha ido en aumento, esta suple en su mayor parte el mercado doméstico, algo de lo que Colombia tenía poco en la era de Pablo Escobar Gaviria. Ni los grupos criminales de Argentina, como «Los Monos» (la organización narcocriminal fuerte en Santa Fe), han demostrado una capacidad de industrializar el tráfico de droga o de exportar cargamentos de varias toneladas, como los carteles de Medellín o Cali en Colombia. Más bien, estos grupos se concentran en el microtráfico y en crímenes locales, como la extorsión o el secuestro».
El reporte sostiene que, «sin embargo, esto no quiere decir que Argentina no sufra los grados de violencia epidémicos que sufrió Colombia en tiempos de Escobar. Sin duda, como lo indica Burzaco, Argentina se encuentra en una situación delicada, con la creciente prevalencia del crimen organizado y el narcotráfico en el país».
El indicador de la Argentina es, con todo, muy lejano al del país más violento de la región: El Salvador, que según el reporte registra 103 homicidios por cada con mil habitantes. Segundo en esa escala aparece Venezuela, con 90, un 40% más que Honduras (57) y el doble que Jamaica (45).
El trabajo fue elaborado sobre la base de datos que «provienen de organismos gubernamentales o de observatorios de violencia», por lo que los propios autores recomiendan que «estas cifras deben tratarse como aproximaciones razonables al verdadero número de homicidios cometidos en cada país, y no como una cifra definitiva».
InSight Crime es «una institución de investigación independiente y sin ánimo de lucro con sede en Medellín, Colombia», pero actualmente tiene oficinas en Washington. De hecho, cuenta con financiamiento y patrocinio de la Open Society Foundations, del magnate George Soros, y del Centro de Estudios Latinos y Latinoamericanos (CLALS, por sus siglas en inglés) de American University, que proclama entre sus objetivos «promover el conocimiento en el interés público y el fomento de una ciudadanía informada, activa y preparado para afrontar los desafíos del siglo XXI». Según su página de internet, realiza «informes para organismos multilaterales, gobiernos, instituciones académicas y clientes no gubernamentales acerca de dinámicas criminales y problemas de seguridad ciudadana. La mayoría de estos informes están basados en investigación de campo exhaustiva».
De ese último trabajo sobre homicidios se desprende que, en Sudamérica, el país con mayor tasa es Brasil, con 26 cada 100 mil habitantes. Pero el informe revela que, «según el Foro Brasileño de Seguridad Pública, en el país hubo 53.240 víctimas de asesinato en 2014», lo que en los hechos convierte al socio del Mercosur en el que padece «el mayor número total de homicidios» del mundo. «La la violencia policial generalizada es una faceta particularmente preocupante de la dinámica de seguridad del país.» Por el contrario, Colombia –si bien con una tasa de 25 homicidios- muestra una tendencia positiva a punto tal que «la Policía Nacional de Colombia reportó 12.540 asesinatos el año pasado, lo que significa que 2015 remplazó a 2014 como el año menos violento desde mediados de la década de los ’80.»
Chile es el país menos perjudicado de Sudamérica, con tres homicidios por cada cien mil habitantes. Le sigue Bolivia, con cinco y una sorprendente disminución del 29% con respecto a 2014, «pero esto no necesariamente significa que se hayan presentado mejoras en la seguridad ciudadana», consigna el informe. En ese sentido, explica que «funcionarios de la policía dicen que la disminución en el número de asesinatos en Bolivia en el año 2015 se debe principalmente a una nueva ley que clasifica a los asesinatos relacionados con género como feminicidios (sic), los cuales no son reportados a la unidad policial de lucha contra el crimen».
Uruguay, en tanto, está apenas por debajo del registro de Argentina: 7,9 homicidios por cada 100 mil habitantes. Pero con un dato preocupante según el reporte: «Funcionarios del Ministerio del Interior dicen que el 43% de los homicidios de este año fueron el resultado de ‘ajustes de cuentas’ entre grupos criminales».
Fuente: Tiempo Argentino