Una de las cosas que hacen las mentes brillantes del MIT, además de observar la naturaleza del universo y construir artefactos de ciencia ficción, es certificar la viabilidad aérea de los aviones para el gobierno federal [de Estados Unidos]. La mañana de enero en que Sabrina Pasterski entró a las oficinas del campus buscando una autorización para el avión de un motor que ella había construido, pudo haber sido un simple trámite. Excepto por el hecho de que su inventora y constructora era una niña de sólo 14 años, de grandes ojos y pelo enmarañado. «No lo podía creer», recuerda Peggy Udden, secretaria ejecutiva del MIT, «no sólo porque era tan joven, sino porque era una niña».
Es el año 2016 y las mujeres talentosas no son cosa rara en el MIT; casi la mitad de sus estudiantes son del sexo femenino. Pero algo en Pasterski hizo que Udden no sólo la ayudara a que su avión fuera aprobado, sino a obtener la atención de los profesores más reconocidos de la Universidad. Ahora, ocho años después, la larguirucha Pasterski de 22 años es una licenciada del MIT y candidata a un doctorado en Harvard, que tiene entusiasmado al mundo de la física.
Pasterski está explorando algunos de los temas más complejos y desafiantes de la física, tanto como lo hicieron en su juventud Stephen Hawking y Albert Einstein (cuya teoría de la relatividad ya cumplió 100 años). Su línea investigación indaga en los hoyos negros, la naturaleza de la gravedad y el espacio-tiempo, y su foco particular es tratar de entender mejor la «gravedad cuántica», que busca explicar el fenómeno de la gravedad en el contexto de la mecánica cuántica. Los descubrimientos en esa área podrían cambar dramáticamente nuestra comprensión de cómo funciona el universo.
Pasterski es cubana-estadounidense de primera generación, nacida y criada en los suburbios de Chicago. No está en Facebook, en LinkedIn ni en Instagram, y no usa smartphone. Pero actualiza con regularidad un sitio sin aspavientos llamado PhysicsGirl, que se dedica a presentar un largo catálogo de logros y competencias. Entre ellos está, por ejemplo, «Detectando la elegancia en medio del caos».
Pasterski se destaca entre un número creciente de nuevos físicos en Estados Unidos. En 2013 había 7.329, el doble de los 3.178 que había en 1999, de acuerdo al Instituto Estadounidense de Física.
Nima Arkani-Hamed, profesor en Princeton y ganador del premio Fundamental Physics, le dijo al medio OZY que ha oído «cosas extraordinarias» acerca de Pasterski a través de su tutor, el profesor de Harvard Andrew Strominger, quien está a punto de publicar un artículo con el rock-star de la física Stephen Hawking.
Pasterski ha recibido becas de cientos de dólares de la Fundanción Hertz, la Fundación Smith y la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Pero a pesar de su impresionante historial, cuando postuló por primera vez, el MIT la había dejado en lista de espera. Los profesores Allen Haggerty y Earll Murman estaban perplejos. Por medio de Udden, ambos habían visto un video de Pasterski construyendo un aeroplano: «Quedamos con la boca abierta», dijo Haggerty, «su potencial está fuera de lo esperado». Entonces los dos profesores se pusieron la camiseta por ella y finalmente fue aceptada, para graduarse más tarde con un promedio de 5,00, la nota más alta que se puede obtener.
Ella habla frenética y explosivamente y dice que siempre se ha sentido atraída por desafiar las posibilidades. «Años empujando los límites de lo que podía lograr, me llevaron a la física», cuenta desde su dormitorio en Harvard. Pero no lo hace sonar como trabajo y llama a la física «elegante», pero también llena de «utilidad». «La física en sí misma es suficientemente excitante. No es como un trabajo de 9 a 5. Cuando estás cansada, duermes, y cuando no, estás haciendo física», dice Pasterski.
Farah Halime, OZY.
Traducción, CCV, El Ciudadano.