En el mismo día que Dinamarca aprobó una polémica ley para confiscar dinero y objetos de valor de los refugiados que entren al país, la ONU reclamó “respeto” y “compasión” para aquellos que deben abandonar su tierra de origen producto de la guerra y el hambre. “Gente que ha sufrido tremendamente, que escapó de la violencia y el conflicto, que literalmente ha caminado cientos o miles de kilómetros, que arriesgó su vida para cruzar el Mediterráneo debería ser tratada con compasión y respeto”, aseguró Stéphane Dujarric, vocero del organismo internacional.
El funcionario criticó la nueva normativa que regirá en territorio danés, cuyo principal objetivo es limitar y restringir el ingreso de refugiados. El proyecto, aprobado ayer por el Parlamento con 81 votos a favor y 27 en contra, fue impulsado por el gobierno liberal encabezado por el primer ministro Lars Lökke Rasmussen y contó con el respaldo de sus aliados del bloque de centroderecha y del Partido Socialdemócrata, la primera fuerza opositora.
Se trata de una reforma a la ley de inmigración que incluye unas 30 medidas y que fue modificada en reiteradas ocasiones desde su presentación, en noviembre pasado, debido a la oposición que despertó. Bautizada como “ley de las joyas”, la normativa permite que la policía pueda revisar a los inmigrantes recién llegados al país y quitarles tanto dinero como bienes materiales, siempre y cuando su valor supere los 1340 euros. Lo único que no podrán confiscar serán los llamados objetos «de valor afectivo especial».
La nueva ley no sólo fue criticada por la ONU, sino también por distintos partidos daneses. Johanne Schmidt Nielsen, líder de la Lista Unitaria, la cuarta fuerza parlamentaria del país, acusó al gobierno de hacer «política simbólica» para «atemorizar» a los solicitantes de asilo y aislarlos en la pobreza. Ulla Sandbek, del centrista La Alternativa, criticó que con esta reforma se «estigmatice» y convierta a los refugiados en «sospechosos».
La decisión tomada por Dinamarca es similar a la que tomó Suiza, que decidió confiscar los bienes y dinero cuando el valor supere los 915 euros, con la intención de «solventar los gastos» durante la estancia en el país de cada inmigrante. Además, a quienes se les conceda permiso de residencia y trabajo, deberán entregar el 10% de su salario durante diez años o hasta abonar unos 13.700 euros. Las autoridades aclararon que los afectados podrán recuperar el dinero si en el futuro deciden abandonar el país.
Alemania la imitará. Así lo confirmó la semana pasada el comisionado para Integración del gobierno germano, Aydan Özoguz, quien sostuvo que aquellos que «soliciten asilo deberán aportar a su manutención, ya sea con un porcentaje de su salario o con joyas de familia».
Una de las regiones alemanas en las que el sistema ya empezó a funcionar es Baviera. El ministro del Interior local, Joachim Hermann, explicó que los refugiados son registrados en los llamados centros de recepción y, cuando el dinero o los bienes que tienen encima superan los 750 euros, las autoridades proceden a la confiscación.
Fuente: Tiempo Argentino
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