“¿Qué cosa es lo que celebra el pueblo en este aniversario? Lo que en realidad hace el pueblo en esta fecha, estimulado por la burguesía, es gastar su dinero en torrentes de licor que la misma clase burguesa le vende para guardar el dinero en sus cajas insaciables.”
Luis Emilio Recabarren
La tarde del jueves 5 de agosto se reunieron en la capilla de la Universidad Técnológica Metropolitana (Utem), personas y agrupaciones, esta vez no para rezar. El encuentro fue iniciado por el historiador Sergio Grez, convocados por el Comité por un Bicentenario Ciudadano y Popular.
Este grupo es formado por distintas organizaciones e individualidades que no se sienten representados con la publicitada “fiesta de Chile”, las explicaciones son varias, aún cuando basta detenerse unos segundos a observar-nos y reconocer que a pesar de la independencia del reino español, continuamos siendo un país con una inmensa brecha social y un descontento masificado. Un país dependiente de la economía internacional y con los recursos nacionales vendidos, ni siquiera al mejor postor. Un país donde los niños mueren por balas perdidas y las oportunidades tienen precios de altos intereses. Un Chile donde la tortura y la represión se aplican a todo aquel que se atreve a disidir.
José Osorio, uno de los miembros del Comité, cuenta que esta reunión es parte de una serie de encuentros pactados para los días jueves, a las 19:00 horas, en la Utem, ante la necesidad de que haya una expresión popular frente a esta celebración de la historia oficial “que no contempla la historia de nuestras comunidades, las luchas sociales ni a los distintos pueblos que existen en Chile”.
DOSCIENTOS AÑOS DE UNA ARQUITECTURA POLÍTICA SIN SOBERANÍA POPULAR
Así tituló Sergio Grez la exposición que recorrió la historia de Chile, que desde sus inicios se asienta en políticas y decisiones impuestas por las clases dominantes, “en un poder que teóricamente recae en el pueblo, pero que no ha conocido una verdadera participación de las mayorías”.
El historiador recordó el discurso pronunciado por Luis Emilio Recabarren, al celebrarse los cien años de la independencia de Chile, reconociendo que si bien ha habido avances, estos se han logrado por el sacrificio y la sangre de muchos luchadores sociales, proceso que en aquella época culminara con la matanza obrera de la Escuela Santa María, en Iquique.
De ahí a hoy, ¿Cuántos muertos? Miles.
De ahí a hoy ¿Alguna Constitución del Estado hecha democráticamente?
De ahí a hoy ¿Qué celebrar?
La gran mayoría de los chilenos, advierte Grez, no tiene nada que celebrar, pues son doscientos años de una construcción política de cúpulas con violenta intromisión militar. Cuyo modelo no puede ser discutido sino más que en su forma de aplicación. “Por nada del mundo una Asamblea Constituyente, en esta democracia de baja intensidad”.
CONMEMORAR MÁS QUE CELEBRAR
La invitación de este Comité, es sumarse a traer a la memoria estos doscientos años desde una perspectiva crítica, reivindicar la historia de los trabajadores y de los luchadores sociales, de la gente sencilla y del mundo popular. “No celebramos lo que los poderosos tienen que celebrar, pero sí conmemoramos los avances que se han logrado y que tanto ha costado a nuestro pueblo”, señaló Osorio.
Contacto: [email protected]
Más información: www.comunidadesdelpatrimonio.cl, y en www.fech.cl
Por Victoria Lozano Díaz
El Ciudadano