El nuevo gobierno de Argentina, encabezado por el presidente Mauricio Macri, continuó esta mañana con su política de echar trabajadores estatales y repitió el mecanismo de impedir el ingreso con la policía y “pasar lista” de los empleados despedidos.
Esta mañana se supo que fue el turno de los empleados de la Casa Rosada, donde los despedidos fueron un centenar. Por su parte, el Ministerio de Cultura contó con la gran suma de 500 empleados cesanteados.
Cabe recordar, en el mismo sentido, que en el transcurrir del día de ayer fueron despedidas 140 personas en Fabricaciones Militares y 47 en el Banco Central.
En la Casa Rosada, por ejemplo, a los trabajadores se les impidió el ingreso esta mañana y se les fue notificando uno por uno la «rescición del contrato suscripto con la Secretaría General de Presidencia de la Nación», sin que se alegaran motivos para el despido.
«Hace un mes Macri brindaba con nosotros y ahora nos echa», se quejó una trabajadora de la casa de gobierno argentina, al recordar el brindis de fin de año, en el que el Presidente les agradeció a los empleados por “cómo nos han recibido, porque nos hacen sentir muy cómodos”.
Otros despedidos recordaban que llevaban trabajando más de 20 años y que sin ningún motivo fueron despedidos, desafectando así el típico argumento macrista de echar a trabajadores por «ñoquis» (NdE: dícese de trabajadores que reciben un pago por un empleo que no realizan).
Por su parte, La Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) dispuso hoy el estado de alerta y movilización por los despidos de cientos de trabajadores contratados, en los organismos dependientes del Ministerio de Cultura de la Nación, a cargo del ministro Pablo Avelluto.