Apenas abres los ojos y lo sabes, es una resaca, estás pagando la condena de una noche de copas: un dolor agudo de cabeza, la luz del sol lastima tus ojos, los ruidos parecen insoportables y tienes la boca más seca que el desierto de Atacama. Te hayas excedido o no, la razón por la cual esa resaca te aqueja, puede no estar en la cantidad de copas o el tipo de bebida que ingeriste el día anterior, sino en los alimentos que ingeriste y las condiciones en que tu cuerpo asimiló el alcohol.
Tu cuerpo es sensible al alcohol no sólo por la frecuencia en la que ingieres bebidas etílicas, hay que tomar en cuenta los factores que influyen en relación al aguante de la “borrachera”, como la edad, la frecuencia, la desvelada, la intensidad o el cansancio acumulado de una semana de trabajo; también lo que comes y bebes durante esa noche de bebida puede hacer que tu cuerpo asimile mejor o peor la ingesta de bebidas alcohólicas.
La resaca se produce especialmente por la deshidratación que provoca la ingesta de etanol, tipo de alcohol contenido en las bebidas alcohólicas, que en su ingesta excesiva puede causar cefalea, diarrea, amnesia ligera, vómitos, deshidratación, dolor abdominal y embotamiento. Al ingerir alcohol éste pasa directamente al hígado y de ahí a tu sangre. Después de su ingesta deja residuos tóxicos en la sangre y al otro día producen algunas de las molestias ya mencionadas. La comida es uno de esos factores que pueden, en definitiva, influir en la historia que contarás la mañana siguiente.
Hay algunos hábitos que puedes incorporar en tus noches de bebida y diversión, con las cuales evitarás al día siguiente esa cruda terrible en la que desearías meter tu cabeza debajo de la almohada y no salir nunca. Antes de que eso pase, mejor aprende a beber con estos trucos que te ayudarán a beber aminorando la resaca y cuidando tu cuerpo.
Bebe suficiente agua mientras ingieres alcohol
Eso evitará la deshidratación que provocan especialmente algunas bebidas alcohólicas. Los que producen mayor deshidratación son, en orden descendente: coñac, vino tinto, ron, whisky, vino blanco,ginebra, vodka y cerveza, debido a sus cualidades diuréticas. Quizá convenga que junto con tu bebida te prevengas y pidas un vaso de agua a la par. Al día siguiente puedes comprar un suero para reponer sales minerales y rehidratarte.
No comas alimentos deshidratantes
Algunas botanas que nunca faltan en las fiestas, como papas, palmitas, pretzels y chicharrones, son el peor alimento que puedes ingerir debido a que son sumamente secos y salados porque absorberán en la digestión gran parte del líquido de tu cuerpo en los jugos gástricos para digerirlos. Es preferible que comas botanas como tiritas de pepino, zanahoria o alguna fruta con un dip.
Antes de salir cena una ensalada
Nunca salgas a una fiesta sin cenar, una ensalada es la comida perfecta, pues no sólo tiene gran cantidad a de agua que evitará deshidratarte y es ligera, así que puedes añadirle algo de proteína para que tengas una sensación de saciedad. Especialmente, puedes añadir el pollo o queso ya que tardan más tiempo en digerirse y ello ayuda a disminuir el tiempo en el que pasa el alcohol a la sangre.
Ingiere alimentos que te hidraten, evita sal y café
Un sushi o un café son las peores opciones para acompañar tu noche. La combinación de pescado crudo con alcohol puede no ser muy bueno para tu digestión, además de que la salsa de soja es sumamente salada y la sal es igual a deshidratación. Y el café, además ed que deshidrata, permite la entrada al torrente sanguíneo del alcohol.
Si tienes sed por la noche, prefiere algún zumo o jugo de frutas, un jugo te rehidratará.
Evita los alimentos picosos e irritantes
Ya tienes suficiente con la irritación que el alcohol provoca en tu estómago para encima de todo ingerir picante que, seguramente, al día siguiente te dará un peor dolor de estómago. Si saliste de casa sin cenar, puedes preferir algún tipo de alimento que contenga un carbohidrato complejo y/o una proteína, quizá una hamburguesa sin papas; unas nueces, cacahuates o pizza, pues los alimentos grasos ayudan a que el alcohol no pase tan rápido a la sangre.
Finalmente, al día siguiente el que tengas o no una cruda dependerá de muchas cosas, esperemos que no de lo que hayas hecho, pero con estos pasos disminuirás los factores que te hagan pasar una terrible resaca. Al día siguiente, consiente a tu cuerpo dándote una ducha caliente, lo peor que puedes hacer es pasar todo el día en el jugo de sudores y olor a alcohol que destila tu cuerpo. Puedes finalizarlo con un chorro de agua fría para reactivar la circulación y eliminar toxinas.
Por la mañana puedes comer papaya, que recubrirá tu estómago y aminorará el dolor; durante el día come frutas rehidratantes como mandarinas, naranja o sandía, que te ayudará a recuperar la fructosa perdida. Puedes tomar un caldo al medio día que sea noble con tus náuseas y por la tarde una comida ligera como una tostada con queso o un sandwich, pueden ser una buena opción para que tu estómago se recupere. Y durante el día bebe agua, de preferencia en forma de sueros y bebidas isotónicas, puedes prepararte un agua de limón con un poco de azúcar y una pizca de bicarbonato.
Y no olvides, el estado anímico en el que bebes puede causarte una buena velada o bien hacerte pasar un mal rato; la alegría que te lleva a la euforia o la tristeza que te lleva a la depresión, puede hacer que ingieras más alcohol en descontrol. El exceso al beber puede ser una diversión que se convierta en adicción si no te conoces, así que comienza por ubicar el estado de ánimo en el que te dispones a tomar y a manejar las emociones que se producen cuando ingieres alcohol.
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fuente: Cultura Colectiva