Científicos de la Universidad de Tokio y de la Universidad de Harvard crearon un sensor flexible y transparente que se adapta a la forma de los dedos, similar a guantes de caucho, y que permite localizar tumores al medir los cambios y la distribución de la presión en el pecho. «Estos dispositivos pueden monitorizar tumores de una forma más fácil, menos dolorosa y sin necesidad de exponerse a la radiación», explicó el profesor Takao Someyo, director del grupo de investigadores. El estudio se publicó en la revista Nature Nanotechnology.
El funcionamiento sería similar al diagnóstico táctil de un doctor, según señala Someyo. «Aplicando una presión constante a los senos con estos sensores, podemos detectar las diferencias entre una textura de pecho normal y una con tumores», cuenta, con la ventaja de lograr una mayor precisión al tratarse de una palpación digital que puede medir la distribución de la presión en el pecho en 144 localizaciones a la vez.
«Hemos probado el funcionamiento de nuestro sensor en un vaso sanguíneo artificial y encontramos que puede detectar hasta pequeños cambios en la presión y en la velocidad de la presión al propagarse», explicó el doctor Sungwon Lee, de la Universidad de Harvard.
El sensor mide 8 micrómetros de grosor (milésima parte de un milímetro) y está compuesto por transistores orgánicos e interruptores electrónicos hechos de carbono y oxígeno, así como una estructura de nanofibras sensibles a la presión.
En conjunto, forman una estructura ligera, porosa, transparente y delgada, pero muy sensible que puede medir con exactitud radios de hasta 80 micrómetros (el equivalente a dos veces el espesor de un cabello humano). Hasta ahora, los sensores no podían bajar de 100 micrómetros de espesor por las limitaciones en los métodos de producción.
Estos sensores de presión convencionales tienen la flexibilidad necesaria para adaptarse a superficies suaves como la piel humana, pero no pueden medir con precisión una vez que se arrugan o se retuercen. Esto los hace inservibles para usos complejos o para medir superficies en movimiento. En cambio, el nuevo (al estar compuesto por nanofibras) mide con la misma exactitud la distribución de la presión en superficies redondeadas -como un balón inflado-.
«Nos hemos dado cuenta de que muchos grupos están desarrollando sensores flexibles que pueden medir la presión, pero ninguno de ellos está preparado para medirla en objetos reales que pueden sufrir distorsiones. Esa es nuestra principal motivación y para la que hemos propuesto una solución efectiva», argumentó Lee.
Aunque todavía es muy pronto para considerarlo un sustituto de la mamografía, la tecnología de este sensor ya está lista para usarse en la creación de guantes que detecten esta presión en el pecho. Su comercialización está pensada para dentro de tres años, explica el investigador.
«El principal problema es que la preparación de estos materiales [una mezcla de caucho de flúor e hilos conductores formados por nanotubos de carbono y grafeno] es de momento incompatible con un gran volumen de producción», ha razonado Someya, que ha añadido que están intentando solucionarlo desarrollando un nuevo método de mezcla.
Fuente, ID.