El ex titular del BCRA y actual funcionario macrista fue al súper mercado y se encontró con un padecimiento cotidiano de los argentinos: los precios altísimos de la carne.
Si bien el ministro no admitió que la inflación se disparó a partir de la asunción de Mauricio Macri, e incluso antes, a partir de sus propios dichos a un mes de las elecciones cuando anunció un dólar unificado a 16 pesos con su consecuente devaluación lo que produjo una fuerte suba de precios, sí se quejó por el aumento en las carnicerías.
«Estuve el sábado en el supermercado constatando algunos de estos precios, los funcionarios también vamos al supermercado. Hemos visto el precio del asado a 140 pesos. Nos parece excesivo ese precio», declaró el ministro, y agregó, en relación a la inflación en general: «Después del primer salto, incluso previo a que nosotros asumiéramos en el gobierno, la cosa se ha normalizado, más a allá de algunas cuestiones puntuales que estamos siguiendo con mucho detenimiento como la cadena de la carne y de algunos medicamentos». Inmediatamente después, apuntó contra la especulación de los productores.
En tanto, Alberto Samid, vicepresidente del Mercado Central, sostuvo en declaraciones radiales que el sobreprecio se produce en los súper mercados ya que «ningún corte de carne puede valer más de $90». De acuerdo a Samid, la solución vendría por eliminar los intermediarios entre el productor y el consumidor, y así suprimir el «100 o 200 porciento» de aumento que se aplica, según él, en las góndolas comerciales.
Argentina actualmente es uno de los países más caros de la región para consumir carne: mientras que el kilo de asado en el mercado local vale alrededor de U$S 10, en Chile o en Uruguay se consigue por U$S 7 u U$S 8, y en México un corte similar sale U$S 7,5.
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