Han pasado casi cuatro años desde que Pussy Riot, la banda rusa feminista de anarco-punk, se dio a conocer mundialmente con la protesta que realizó en su inolvidable vídeo: » Punk Prayer – Mother of God, Chase Putin Away!» en el altar de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.
Han sido arrestadas, juzgadas, encarceladas y, finalmente, después de la intervención de grupos de defensa de los derechos humanos, feministas, seguidores y los medios de comunicación internacionales, liberadas.
Son guapas, listas y librepensadoras. Son lo que el mundo machista no quiere ver ni oír. No tienen miedo y seguirán siendo fieles a la denuncia de injusticias aunque las amenacen, censuren o encarcelen.
Este es su último video musical titulado «CHAIKA»: