El fotógrafo británico Jo Broughton se dedicó a hacer algunos trabajos de limpieza en platós donde se filmaban películas porno y se tomaban fotografías para revistas de adultos.
Ante el desafío, que él mismo ha definido como un «mal necesario», decidió utilizar la oportunidad como inspiración y documentar la escenografía, cuando ya todo estaba tranquilo y los actores se habían ido a casa. Así surgió ‘Empty Porn Sets’
«Escondí mi asociación con la industria del porno como un secreto culposo, pero si ella no hubiera podido realizar mis ambiciones», confiesa.
«Como encargado de la limpieza pude ver los sets en plena luz del día y limpiar el desorden era como estar en una escena del crimen»,
«El lidiar con los fluidos corporales me hizo sentir mi propia humanidad y la vulnerabilidad de los actores»,
«Pero al final no estaba sino aprendiendo mi oficio, tratando de entender la luz y a ser un buen fotógrafo…siempre hay dos partes de la historia: la luz y la oscuridad»,