«Se la echaron en la Ruleta Rusa»: La Cuarta y ese desprecio por el género femenino de nuevo

"Se la echaron" es más bien una expresión que ayuda a naturalizar esa indiferencia del ser humano frente a la fatalidad del otro. "A ese hueón se lo echaron por andar sapiando a los pacos". "A esa hueona se la echaron en una ´mexicana´". "¡Hueón: Te echaste al perro!". ¿Le suenan conocidas esas expresiones?...

«Se la echaron en la Ruleta Rusa»: La Cuarta y ese desprecio por el género femenino de nuevo

Autor: Daniel Labbé Yáñez

Portada

Durante la madrugada de este miércoles en Puente Alto, una mujer de 30 años, Valeria Núñez Soto, murió -supuestamente- mientras jugaba a la «Ruleta Rusa» con un hombre de 49 años, de nombre Manuel Rebolledo Serrano. De acuerdo a lo relatado por «fuentes policiales» al diario La Cuarta, ambas personas se habían conocido el día martes y se habían ido a carretear a la casa de él, donde habrían pasado la tarde consumiendo alcohol y otras drogas.

Fue a eso de las tres de la mañana que el tipo habría sacado un arma y propuesto a Valeria jugar a la «Ruleta Rusa». «En un momento determinado de la velada, esta persona (Manuel Rebolledo) percuta un disparo, el cual hiere a la mujer en la región frontal», declaró al «diario pop» Héctor González, subcomisario de la Brigada de Homicidios. Según la información de prensa, fue el mismo hombre quien llamó a Carabineros para contarle esta versión de lo que había pasado.

¿Ocurrió realmente así? No se sabe, será tarea de la justicia determinarlo. Pero lo seguro es que fue un hecho grave, terrible y en donde nuevamente una mujer termina muerta a manos de un hombre. De ahí que resulte tremendamente violento el tratamiento que da el diario La Cuarta a un asesinato cuando la víctima es una mujer.

«SE LA ECHARON»

«SE LA ECHARON EN LA RULETA RUSA», tituló en portada el medio sobre el caso. ¡¿Se la echaron?!, dijo. ¿Desconoce acaso el redactor de la nota que aquella expresión está cargada de un desprecio por la vida del otro, bastante lejos de la «picardía» que tanto le gusta explotar al medio?

«Se la echaron» es más bien una expresión que ayuda a naturalizar esa indiferencia del ser humano frente a la fatalidad del otro. «A ese hueón se lo echaron por andar sapiando a los pacos». «A esa hueona se la echaron en una mexicana«. «¡Hueón: Te echaste al perro!». ¿Le suenan conocidas esas expresiones?…

El uso de las expresiones, de los coloquialismos propios de un país, de un determinado sector de la sociedad, no es al azar. Se recurre a ellos porque están inevitablemente cargados semanticamente y responden a la connotación que la gente le da en determinados contextos y no necesariamente a la que le asigna un diccionario.

Interior

«Se la echaron». Una expresión que, además, omite al sujeto en la acción. ¿Quién se la «echó»? ¿No hay acaso en este asesinato una persona identificada como autor del delito? El hombre se llama Manuel Rebolledo y es, de acuerdo también a lo que se informa en el artículo, un empresario que arrienda autos, además de pastor de una iglesia.

Sin embargo, a pesar de todos estos antecedentes contenidos en la misma noticia, La Cuarta apoya su titular diciendo que «ACUSAN A PASTOR DE ASESINAR A EVA EN MORTAL JUEGO DE LA PISTOLA Y UNA BALA». ¿Quién lo acusa? ¿No fue acaso Manuel Rebolledo, según asegura la nota, quien llamó a Carabineros para contarles su versión de lo ocurrido?

¿Y quién es Eva? ¿No se llamaba Valeria Núñez Soto la mujer asesinada? La Cuarta, además de relativizar y despreciar la gravedad del crimen estableciendo que simplemente «se la echaron», se da el mal gustito de hacer una analogía religiosa con la «incipiente amistad» entre estas dos personas, pues -se lee en la nota- «el sujeto quedó maravillado con la joven».

Portada La Cuarta anticucho 2El titular de este jueves de La Cuarta nos recuerda otros lamentables tratamientos de hechos noticiosos graves -como aquel de «Hizo anticucho con la polola»-, en donde brutales asesinatos son abordados con «humor» y bajo la añeja lógica de que son «crímenes pasionales». Continuar en esa línea no hace más que contribuir a la naturalización de la violencia contra la mujer, en un escenario en donde desde distintos sectores de la sociedad se realizan enormes esfuerzos por revertir esa realidad.

Por Daniel Labbé Yáñez


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