La masa de manifestantes, cercana a las dos mil personas, en contra de la instalación de termoeléctricas en Punta de Choros, reunida en el centro de Santiago, se resistía a deponer la protesta pacífica pese a la represión policial.
Masiva acogida tuvo el llamado ciudadano a manifestarse en contra de la instalación de termoeléctricas en las inmediaciones de Punta de Choros y sus reservas marinas, aprobada por Corema IV región.
En la intersección de Alameda con Ahumada, puntualmente a las siete de la tarde, se reunieron en masa los ciudadanos para marchar tranquilamente hacia la Plaza de Armas, pero el desvío se realizó en la calle Huérfanos para llegar a La Moneda.
Fue en la esquina de Amunátegui con Huérfanos cuando los manifestantes se encontraron con los “guanacos” y “zorrillos”, entonces alzaron sus manos en señal de paz y desarme frente a las fuerzas policiales, pero el chorro del lanza aguas y bombas lacrimógenas alcanzaron a los manifestantes para dispersarlos.
Con gritos como “Piñera asesino, por un poco de plata matas a los pingüinos” o “ni por plata, ni por oro, venderemos Punta de Choros”, la masa de manifestantes se resistió a deponer la protesta pacífica y avanzó por calles aledañas para llegar frente a la casa de Gobierno.
El senador del PPD, Guido Girardi, presente en la manifestación, criticó el uso de la fuerza policial. «Está la gente que viene pacíficamente, somos todos testigos. Hay una agresión policial nuevamente desmedida, sin ninguna justificación, de gente que está protestando por la vida, por la salud, por sus derechos, contra la violación a los derechos humanos», dijo a radio Cooperativa.
Frente a la Plaza de la Ciudadanía y mirando a La Moneda los protestantes repletaron el lugar vociferando gritos en contra de Sebastián Piñera y la termoeléctrica, tales como “Piñera entiende Chile no se vende”.
Los carros lanzaaguas y bombas lacrimógenas atacaron a la masa de ciudadanos una y otra vez, porque la convicción era firme y pese a la represión se volvían a reunir insistiendo en el carácter pacífico de la protesta y en el derecho a manifestarse.
El tránsito en la Alameda se vio perjudicado, a momentos, por la manifestación apoyada por transeúntes.
Nicolás, quien marchaba con un lienzo en contra de la termoeléctrica dijo que esta actividad pretende “generar conciencia de este sistema monetario; no por plata vamos a matar a los seres vivos, es un acto de ayuda al prójimo. Esto no mata solo a los pingüinos, a la larga nos va a matar a nosotros”.
Hasta pasadas las nueve de la noche los manifestantes intentaban volver a reunirse, pero la represión policial terminó por cansarlos.
Por Katherine Lorca
Fotografías: Francisco Hassmann
El Ciudadano
Consejeros que votaron en contra: René Olivares Cortés, José Montoya Ángel, Raúl Godoy Barraza, Nathan Trigo.