Con un 56,5% de votos, los resultados otorgan una victoria del ‘No’ a la modificación constitucional que permitiría la reelección del presidente Evo Morales, mientras que un 43,2 % optó a favor del Sí, según informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tras escrutar un 72,5% de los votos.
Aún así, el margen podría estrecharse a medida que el conteo se acerque al final ya que, tal y como explicó en conferencia de prensa el vicepresidente, Álvaro García Linera, las apuestas del Gobierno están puestas en las zonas rurales y en el exterior, bastiones del partido oficialista, Movimiento Al Socialismo (MAS).
En la misma línea, se expresó esta mañana el presidente, Evo Morales, quien recordó las diferencias entre el conteo rápido y los resultados finales en otras convocatorias electorales y aseguró que «hay que esperar los resultados con mucha serenidad y responsabilidad» y criticó las «acciones desesperadas» y el «festejo anticipado». El mandatario agregó que «vamos a respetar los resultados porque esto es la democracia».
Evo Morales también advirtió que si gana el ‘No’, «la lucha sigue, la vida sigue y la gestión sigue», recordó que en las últimas semanas ha sido víctima de una «guerra sucia, una campaña que ha sido aprovechada por los medios internacionales». «Me acusaron de asesino, subversivo y sedicioso», añadió, en referencia al jugo que la oposición le sacó a la denuncia por presunto tráfico de influencias para la adjudicación de contratos a la empresa de su ex pareja.
Si la tendencia de los resultados se mantiene, ésta sería la primera derrota directa en los 10 años que lleva en el poder Morales.
Los porcentajes obtenidos tienen que ser leídos en el marco de los cambios políticos que la región latinoamericana ha vivido en los último meses, con un evidente giro hacia la derecha que ya se percibió, en Bolivia, en las elecciones municipales de 2015, donde el MAS ya perdió algunas plazas clave. En el conjunto de la región, se manifestó en las últimas elecciones presidenciales argentinas, que dieron la victoria a Macri; las parlamentarias de Venezuela, que configuraron un nuevo Parlamento con mayoría opositora; o las regionales de Colombia, donde la derecha recuperó la capital, Bogotá.