“Ahí viene el tren”, dice Norma fijando la mirada en la pared. ¡Sí! ahí viene – confirma mientras se levanta raudamente de su asiento. Las demás mujeres reaccionan igual, aun no se escucha nada pero ellas ya corren hacia las cajas con alimentos que prepararon a primera hora del día, un «lonch» consistente en arroz, frijoles, pan y agua. A pocos metros del espacio que utilizan como cocina, comedor y refugio, pasa diariamente «La Bestia», temible apodo con que es conocido el tren de carga que usan los migrantes indocumentados para alcanzar sus sueños, y ellas conocedoras de lo suyo, ya lo oyen venir cuando el resto de los mortales no.
[jwplayer player=»1″ mediaid=»259999″]
La complejidad y escala de los movimientos migratorios a través del continente americano hacen difícil la recolección de datos. Sin embargo es indudable que la fuerza económica de Estados Unidos y Canadá continúan ejerciendo un poderoso magnetismo sobre los migrantes de la región, especialmente sobre los que provienen de México, el Caribe y América Central.
«Ellos no deberían estar aquí, es por culpa de los malos gobiernos que hacen este viaje» aclara Norma. Acaba de pasar «La Bestia» y al igual que en los últimos 21 años ella estuvo ahí con sus amigas para entregar no solo un poco de alimentos, sino para entregar dignidad, apoyo y esperanza a quienes tanto lo necesitan. Por esta acción ellas son conocidas como «Las Patronas» y Norma, es su coordinadora general.
Se estima que un millón de mexicanos documentados y no documentados migran hacia EUA cada año. A esto debemos sumarle los centroamericanos y sudamericanos que llegan hasta Chiapas, para cruzar ilegalmente la frontera sur de México e intentar llegar a la red ferroviaria, la cual usan para alcanzar el norte del país. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), calcula en 12,2 millones los migrantes atraviesan México hacia Estados Unidos al año, el 6% mundial.
Estas cifras han convertido a la frontera entre México y EU en la más transitada del mundo y a México en un país con una excepcional dinámica migratoria. Es indudable que el motivo por el cual los migrantes continúan y continuarán migrando es la cuestión laboral, son trabajadoras y trabajadores en busca de una mejor situación para sus familias ante el desalentador panorama económico de la región.
Pero muchos están migrando en condiciones terribles, llenas de violaciones a sus derechos humanos y de gran violencia; las políticas al respecto trabajadas desde el gobierno mexicano no reconocen la necesidad ni la dignidad del migrante, generando mecanismos que mas bien buscan impedir un flujo imparable, en vez de normalizarlo y dignificarlo, entregando las condiciones necesarias para que este suceda naturalmente. Quienes logran cruzar ilegalmente o sobornar un agente de migración, quedan expuestos a los asaltos y secuestros de algún grupo narco, ante las extorsiones de la policía y al peligro de viajar varios días sobre el techo de un tren de carga industrial.
Ante toda esta indiferencia y prejuicio de los gobiernos, el trabajo que realizan “Las Patronas” debe ser celebrado y replicado, ya que la condición de indocumentados no debe ser sinónimo de abusos y muerte.