Primer paro multitudinario en contra del gobierno de Macri

Durante cuatro horas las calles del centro porteño fueron el escenario de una marcha multitudinaria que, convocada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), aglutinó a las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), un amplio espectro de sindicatos, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos. Las principales consignas fueron en contra de los 21 mil despidos estatales y su inmediata reincorporación, el repudio a la criminalización de la protestas social y el reclamo por las paritarias libres.

Cerca del mediodía la manifestación se concentró en Plaza de Mayo donde había un escenario montado a espaldas de la Casa Rosada. De acuerdo a datos oficiales, en la plaza se congregaron alrededor de 50 mil personas. Entre los organismos movilizados se encontraban el Movimiento Evita, Kolina, La Cámpora, Nuevo Encuentro, Tupac Amaru, el Frente Darío Santillán, el MST, las Madres de Plaza de Mayo, y los sindicatos Sipreba (Sindicato de los Trabajadores de prensa), la Federación Judicial, los profesionales de la Salud de la Cicop, Aeronavegantes, el Sutna, y los docentes de Suteba y Ctera.

«Nos despiden en los sectores de la Nación, nos despiden en los municipios y en las provincias; nos estigmatizan a los trabajadores públicos, quieren separar a los trabajadores del Estado del pueblo con el que trabajamos todos los días. Sentimos angustia cuando no podemos lograr incorporar a un compañero despedido y sentimos angustia cuando vemos que tenemos más de 300.000 trabajadores en municipios y en las provincias que cobran sueldos por debajo del salario mínimo vital y móvil», expresó Hugo Godoy, secretario general de ATE, cuando le tocó su turno como orador principal del acto.

Godoy criticó fuertemente «las políticas de ajuste, los despidos y la represión a la protesta social aplicadas por este Gobierno» y además recordó que la anterior gestión kirchnerista «nos dejó 95.000 trabajadores precarizados en el Estado nacional y 600.000 trabajadores precarios en las provincias y en los municipios».

«Estamos viviendo una real crisis económica y social en el país, con aumento de la desocupación y la pobreza. Por cada punto de aumento de precios y de inflación significa 30.000 nuevos argentinos que están por debajo de la línea de la pobreza. Tenemos que pelear juntos, los sindicatos, las organizaciones sociales y políticas para parar estas políticas, para cambiar esta realidad y generar un destino de grandeza para todos los argentinos», sentenció.

En tanto, el protocolo de la protesta social firmado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich -quien se encontraba en Washington, Estados Unidos-, y anunciado por el Gobierno Nacional hace pocos días, se vio obstaculizado por la dimensión de la convocatoria. De esta manera, el tránsito estuvo cortado cerca de cuatro horas en el centro de la Ciudad de Buenos Aires y la presencia policial que acompañó la marcha mantuvo un perfil bajo.

El secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, declaró al diario La Nación: «Dicen que (el protocolo) no rigió pero sí se aplicó: la movilización fue comunicada a la sociedad con anticipación, se delimitaron los horarios y el recorrido de la marcha y se enviaron efectivos a los accesos a la ciudad para que no fueran bloqueados. Se generó una mirada de que el protocolo era represivo, pero en realidad trata de armonizar la convivencia. Estamos satisfechos».

Por su parte, el secretario de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, dijo que el paro “fue multitudinario, extraordinario, sobrepasó nuestras expectativas y se potenció por la unidad que implicó el acercamiento entre las dos CTA». Además, resaltó el hecho de que las manifestaciones se hayan replicado en distintos puntos del país.

El acto cerró con la lectura de una carta de Milagro Sala, la dirigente social que continúa presa desde hace más de un mes y cuyo pedido de libertad constituyó uno de los reclamos de la protesta. Sala, desde la distancia, expresó: «En estos 40 días que me encuentro en esta injusta detención quiero agradecerles profundamente su solidaridad, su compromiso y su militancia a las más de 40 organizaciones populares, sociales y gremiales que están luchando por mi libertad. Todo el odio que este gobierno de gerentes de transnacionales y sus medios de comunicación descarga sobre los sectores populares se va a transformar con la misma magnitud en lucha y en amor a nuestro pueblo. Si tenemos que reconstruir nuestra patria lo haremos mil veces con alegría y con todos sus derechos».