Por un lado nos damos cuenta de que estos artistas proponían salir del marco institucional como los museos y las galerías para poder adentrarse en el corazón de Chile y hacer la propuesta de hacer visible lo invisibilizado; por otro lado sus acciones se colocaban en un punto peligroso.
En el caso del Colectivo Acciones de Arte (CADA) surgido en 1979 y que estaba integrado por el sociólogo Fernando Balcells, la escritora Diamela Elit, el poeta Raúl Zurita y los artistas visuales Lotty Rosenfeld y Juan Castillo, tenía por objetivo la modificación de la estructura social tomada como un mecanismo colectivo que dependía de la toma de conciencia de la sociedad chilena ante lo impuesto por un el régimen militar. Sus obras eran acciones efímeras que se situaban en el espacio urbano de Santiago de Chile: actuaban al momento, no se anticipaba al público su exposición e incitaban la subjetividad del espectador para despertar y darse cuenta de su daño y al mismo tiempo lo colocaban como soporte mismo de sus obras al involucrarlos en ella.
Entre otras intervenciones se conoce la de Para no morir de hambre en el arte, ¡Hay Sudamérica! y No+.
En el caso de la primera, su acción comenzó por repartir bolsas de ½ litro de leche en la Granja, esto con el fin de que las personas evocaran lo que alguna vez Allende prometió durante su gobierno: repartir esa cantidad de leche todos los días a los niños de Chile. Pero la acción no terminó ahí, después de repartir el líquido los artistas pidieron a los pobladores que les devolvieran las bolsas para hacer una obra con ellas y efectivamente poco después dicha obra se iba a presentar en la Galería Centro Imagen.
En este sentido los artistas trabajaron de manera conjunta la mayor parte del tiempo, sin embargo algunos de ellos también trabajaron de manera individual pero sus acciones e intervenciones performativas se incluían dentro del CADA. Uno de los trabajos más significativos fue el de Lotty Rosenfeld y su intervención Una milla de cruces sobre el pavimento realizado en 1979 sobre la avenida Manquehue y que posteriormente se trasladó a diferentes plazas. Dicha acción consistía en colocar sobre las líneas blancas ya puestas en el pavimento otras que las atravesaran de manera horizontal, esto con la intención de formar cruces que podían tener un doble significado: o bien demostrar su inconformidad por lo ya establecido y/o representar todas las muertes que habían acontecido desde el 11 de septiembre de 1973. El CADA finalmente se despide en 1985 con su última acción titulada Viuda.
El CADA fue un trabajo binario, que entretejía el hacer artístico del hacer social: convivía dentro del grupo un fuerte compromiso de modificación del arte como fuente útil y como estrategia ante la represión del Estado que transgredía los derechos de los individuos.
Fuente: Cultura Colectiva