Lo han retratado como un beligerante demagogo en Francia, comparado con el Pato Donald en España y descrito como alguien peor que Lord Voldemort en Gran Bretaña.
En Europa, la cuna de la Ilustración, la figura de Donald Trump ha sido tratada, tanto como una curiosidad inquietante, como un espectáculo de parloteo político. Casi todos y cada uno de sus movimientos y opiniones han sido tema para la prensa, desde París hasta Berlín o Helsinki; aun cuando comentaristas de izquierda y derecha han desestimado la noción de un Presidente Donald J. Trump como material de fantasía o, en el peor de los casos, un lapsus de pérdida de conciencia.
Eso está cambiando. Con una serie de triunfos republicanos claves en estados importantes, y con la fuerte proyección que se espera para el multimillonario, cuando 12 estados realicen primarias o designaciones mañana martes 1 de marzo, los medios europeos y estadounidenses se preparan para la posibilidad de un aparente huracán Trump. La reacción es una mezcla de desconcierto, indignación y pánico, con admiración en algunos círculos.
También hay sátira. El diario español El País publicó recientemente una carta imaginaria en la que Felipe II, el rey español del siglo XVI que encabezó un vasto imperio, le escribe al Sr. Trump desde la tumba y le aconseja que «considere restablecer la Inquisición» para controlar a oportunistas y terroristas musulmanes disfrazados de ciudadanos pacíficos -por experiencia propia.
La ceñuda cara de Trump aparece con frecuencia en portadas; su éxito se analiza diariamente en boletines noticiosos y programas radiales, donde la cobertura tiende a poner el foco más en sus agresivas declaraciones que en exámenes serios acerca de cómo una presidencia de Trump –vista con horror por muchos– podría afectar la diplomacia internacional. El nombre de Hillary Clinton y su poder aún fascinan, como lo hace el ascenso sorpresivo de su rival democrático Bernie Sanders. Pero el señor Trump se está robando la mayoría delos titulares.
Jakob Nielsen, el editor online y ex jefe del departamento en Washington del influyente diario danés Politiken, dijo que allá, al principio los editores no habían tomado la campaña de Trump con seriedad, y que estaban incrédulos al ver que los corresponsales del diario en EEUU empezaron a recopilar artículos que decían que él podría ganar la nominación republicana.
«A medida que Trump ha ascendido y ganado las primarias iniciales, la cobertura de los medios ha ido de la fascinación a la indignación», dice Nielsen en una entrevista telefónica con The New York Times desde Copenhagen. «Hay una sensación de impacto aquí, después de haber visto unos mitines de Trump donde hay una retórica fascista».
Reflejando esa incredulidad, una caricatura en el Politiken de la semana pasada mostraba a una pareja mirando un programa de CNN en que preguntaban: «¿Llegará Trump al final?» El marido le dice a su esposa: «Esto es demasiado irreal ¿Podemos ver algo más realista, como Star Wars?».
La irreverencia tóxica de Trump ha ayudado a avivar las críticas. El candidato provocó la ira de la prensa –y de autoridades en Londres y París– cuando describiera a sus vecindarios como zonas de riesgo para la policía. En Gran Bretaña, sus comentarios acerca de que a los musulmanes extranjeros no se les debía permitir la entrada a EEUU, provocó tanta indignación, que miembros del Parlamento debatieron una petición para que a él no lo dejaran entrar al país, firmada por más de 580.000 personas (aún puede entrar).
En Alemania, que se ha hecho la fama de ser la voz moral de Europa luego de que Angela Merkel decidiera no poner límites a la cantidad de inmigrantes que buscaran asilo, la portada de un número reciente de la importante revista alemana Der Spiegel, muestra a un Donald Trump con la bandera detrás de él y envueto en llamas. El titular reza: «Locura: El agitador de América».
Un comentario en el tabloide populista Bild, señaló recientemente que los alemanes no eran capaces de decir quiénes eran los candidatos en las elecciones estatales de marzo, pero que sí estaban siguiendo la carrera electoral del «distante» EEUU.
Las provocaciones de Trump tienen profunda resonancia en Europa, especialmente cuando se trata de tocar la fibra y la rabia visceral de los estadounidenses ante el estancamiento económico y la globalización; donde ciudadanos desde Gran Bretaña hasta Hungría y pasando por Francia, se han vuelto hacia los extremos de la derecha y la izquierda, apoyando a insurgentes políticos como una forma de expresar sus disgusto a la clase política dominante.
Otras esferas de los medios europeos han expresado el impacto que les provoca su estilo de política incendiaria, en particular los insultos a las minorías, musulmanes, mexicanos, mujeres y discapacitados. Europa tiene su propio contingente de figuras de ultra derecha que usan a los inmigrantes como carnada, desde Marine Le Pen, del Frente Nacional, en Francia, hasta Nigel Farage, del Partido Independencia de Reino Unido.
El señor Trump disfruta de gran popularidad en Rusia, donde la amistad del estadounidense y el presidente ruso Vladimir Putin le ha rendido elogios. El canal de noticias Russia Today (RT), rinden homenaje a los talentos de Trump como shock jock (locutor desenfadado o que ofende a su audiencia), y publicó un artículo interactivo acerca de «las mejores formas de ser ofensivo al estilo Trump».
Entre los fans dee Trump en Europa, está el padre de Marine Le Pen, Jean-Marie Le Pen, antiguo líder del Frente Nacional, quien escribió el sábado en Twitter: «Si yo fuera estadounidense, votaría Donald Trump… ¡pero que Dios lo bendiga!» Le Pen, de 87 años, ha estado preso varias veces por incitar al odio racial.
En contraste, el diario francés de izquierda Libération, expresó su desconcierto ante en ascenso de Donald Trump con su titular: «Trump, de la pesadilla a la realidad», señalando que parecía que nada podría detener a Trump de ganar la nominación republicana. «Y esto, a pesar de su racismo beligerante y declaraciones sexistas».
En Alemania, Trump parecía incluso demasiado para Bild, que hace poco publicó un comentario del ex editor del diario Franz Josef Wagner: «El lado feo de EEUU no está muerto, tampoco el lado feo de Alemania». Wagner comparó a Trump con un político alemán, Frauke Petry, del partido de derecha Alternativa para Alemania, quien ha hecho un llamado a la policía para que dispare a la gente que cruce ilegalmente la frontera.
La pregunta Franz Josef Wagner es: «¿En qué clase de mundo viviremos si estas personas llegan al poder?».
Por The New York Times.
,Traducción, El Ciudadano.