En 2007, Carlos Ruiz realizó un documental sobre la lucha de las asambleas sociales contra la minería en el cerro Famatina. Allí, la empresa canadiense Barrick Gold pretendía desarrollar una explotación minera, destruyendo el centro neurálgico y simbólico de la provincia de La Rioja. Ruiz puso su cámara al servicio de una lucha. El documental se llama “Cielo Abierto” y es un registro de ese proceso, desde la primera movilización en la zona de Chilecito* -que logró expulsar a la poderosa minera el año pasado- hasta el incierto presente, pasando por una impresentable traición gubernamental.
Carlos no se considera un militante antiminería sino “un ciudadano preocupado y comprometido, que participa y se mete en un problema que nos afecta a todos y nos va a trascender”. Pero, con su cámara, también es un testigo privilegiado de todo cuanto ha ocurrido en su provincia. “La destrucción de las montañas es algo que no tiene arreglo. Cuando los glaciares no estén, ya no podremos hacer nada”, sostiene. Sus palabras son la expresión, desde la organización social, acerca del debate sobre la Ley de Presupuestos Mínimos para la protección de glaciares que se vive hoy, en Argentina… Normativa legal que podría poner en jaque a la mismísima Barrick Gold con su proyecto Pascua Lama.
Aunque lo vivido en la provincia de La Rioja da para desconfiar. Leamos las opiniones de Carlos Ruiz.
– ¿Cómo surgió la organización social en Chilecito contra la Barrick Gold y el lema “El Famatina no se toca”?
“A mí me llamó mucho la atención eso. Yo vivo en La Rioja, la capital de la provincia. La frase ‘El Famatina no se toca’, nace espontáneamente de las vísceras de los pobladores. Es gente humilde, trabajadora con miles de problemas, con un futuro más que incierto, que no tiene solucionada en muchos casos cuestiones básicas que el gobierno no sabe o no quiere responder y que nunca protesta. Sin embargo, cuando amenazaron el cerro, salieron todos a defenderlo y a decir ‘El Famatina no se toca’. Es como decir: ‘Nosotros aguantamos muchas cosas, pero con el Famatina no se metan’. Hay una conexión tan fuerte con el cerro que es conmovedora. Y esa conexión es absolutamente real. Sus vidas dependen de esa montaña. Fundamentalmente, por el agua, que ya escasea, con la que riegan sus fincas y también en lo psicológico, necesitan mirarla, estar cerca. Fíjate que en otros lugares el lema es ‘No a la mina’, en cambio acá es ‘El Famatina no se toca’. Mientras filmaba el documental ‘Cielo abierto’, con un grupo de amigos montañistas, subimos a la cumbre de 6.250 m.s.n.m. y llevamos un cuaderno con mensajes de la gente. Muchos nos decían que sólo podíamos subir ‘si el cerro nos daba permiso’. Afortunadamente el cerro nos dejó…”
“Cuando llega la noticia del emprendimiento minero, comienzan a juntarse en grupos de amigos de toda la vida. Tres o cuatro amigos que habían crecido juntos, desde el jardín de infantes y que ahora son docentes, comerciantes… Se preocuparon mucho, juntaron información y decidieron convocar a todo el pueblo. Así nacieron las asambleas de Famatina, verdaderamente populares, donde se decide lo que van a hacer. Incluso correr a la Barrick. Al poco tiempo se formó la de Chilecito y más tarde se fueron formando en toda la provincia”.
– El corte de ruta en Peñas Negras, para impedir que suba la maquinaria de Barrick Gold a la mina, comienza en 2007. Ahí también comienza el documental… ¿Es en ese instante cuando comienzas a militar contra la megaminería?
“No me considero un ‘militante’ en contra de la megaminería. Más bien soy un ciudadano preocupado y comprometido, que participa y se mete en un problema que nos afecta a todos y nos va a trascender. La destrucción de las montañas es algo que no tiene arreglo. Cuando los glaciares no estén, ya no podremos hacer nada. Creo que todos debemos involucrarnos, comprometernos, hacer algo con respecto a estos temas, antes de que sea demasiado tarde. Son cuestiones muy importantes como para dejarlos en manos de los políticos y mucho menos de empresas multinacionales extranjeras. No podemos ser neutrales, ni mucho menos, dejarnos ganar por la resignación. El proceso que vivió la gente de Famatina y de Chilecito, es ejemplar. Aprendí mucho haciendo este trabajo, que iba a ser un documental sobre otra cosa y que al conocer a estas personas dio un giro para pasar a ser un documental sobre la gente, sobre al amor a la tierra, el compromiso con la vida y su contracara de políticos inescrupulosos y corruptos. Con la película, y el acompañamiento permanente de las asambleas, recorrimos prácticamente todo el país presentándola y hablando del tema. Conocer a cientos de personas que luchan por lo mismo a lo largo de toda la cordillera, en ambos lados, visitar los lugares donde se llevan a cabo estos emprendimientos, acumular mucho material, todo eso te va llevando a que no puedas mirar para otro lado. Sobre todo si uno elige este camino de la comunicación y del arte”.
– En 2009 el accionar de los asambleístas de Chilecito logró expulsar a la Barrick Gold pero hoy existirían intereses chinos… Empresas como la MCC y una denominada Betec Gold, en Mina El Oro. ¿Qué ha pasado en la zona en los últimos meses?
“Bueno, el tema se ha instalado definitivamente y se discute todo el tiempo. Desgraciadamente, los medios de comunicación, en su gran mayoría controlados directa o indirectamente por el gobierno, colaboran con la confusión. Definitivamente la verdad no está en lo que se publica hoy. Pero eso pasa también en otras instituciones, como la justicia y la política misma. Por eso la gente decidió seguir un camino distinto al de la política tradicional, se organizó en asambleas, donde se discute, se analiza y todo se decide por votación. Recordemos que hubo una gran traición del gobernador Beder Herrera (que paradójicamente es famatinense y va a tener que pedir permiso al cerro si quiere explotarlo). Beder Herrera le arrebató el gobierno a su antecesor Ángel Maza, que había sido secretario de Minería de la Nación en la presidencia de Carlos Menem, con un discurso antiminero a ultranza y duras acusaciones de corrupción contra la empresa Barrick Gold. Poco después, con el sartén por el mango, se convirtió descaradamente en uno de los gobernadores argentinos más pro minero de la Argentina, junto a Gioja de San Juan y Brizuela del Moral de Catamarca, dos provincias vecinas de La Rioja. Su cambio fue tan rápido que nos dio tiempo de incluirlo en el documental. El pueblo le ha advertido que ‘no va a pasar ni una carretilla’ de las empresas. Incluso viajaron a Bs As. representantes de las asambleas y se reunieron con el embajador chino en la Argentina para ponerlo al tanto de la situación, le entregaron un documento destinado al gobierno chino y a las empresas. También le dieron una copia de ‘Cielo Abierto’. Pero el gobernador está empecinado en hacer buena letra con el gobierno nacional y ata el futuro de La Rioja a la minería, como la ‘única salida’. Viaja a Canadá, almuerza con Peter Munk, dueño de la Barrick y le pide que vuelva. Luego viaja a China y firma convenios para la explotación minera del Famatina, que según anunció comienzan a explorar antes de fin de año. Hay que aclarar que ambos gobiernos de los Kirchner continuaron y profundizaron las políticas mineras de los 90 de Menem. Ese empecinamiento puede traer consecuencias negativas para la gente, que ojalá no se concreten. Debería escuchar, porque como dice la Barrick, “sin licencia social no hay minería”.
LEY Y DESCONFIANZA
-¿Cómo las organizaciones sociales pueden hacer frente a este apoyo de las autoridades zonales y el gobierno nacional para con las mineras?
“Es muy difícil para las asambleas hacer frente al embate minero-gubernamental. Ellos manejan el aparato político, comunicacional, educativo… Por ejemplo, el gobierno va a entregar 60 mil laptops para niños de las escuelas primarias y secundarias de la provincia. Sin dudas un gran logro. Pero las computadoras tienen instalado un programa pro minero. Nadie sabe las consecuencias que podrían tener esas maniobras, que incluso pueden ser un búmerang. Pero mucha gente cree lo que dice la publicidad oficial… Es un bombardeo permanente al estilo Goebbels, mientras más grande es una mentira, más gente la creerá. Otro hecho que deben enfrentar las asambleas es la creciente criminalización de la protesta. A algunas chicas de Chilecito y de Famatina les han tirado prácticamente el código penal por la cabeza, acusándolas de todo lo que podía asustarlas. Porque no había fundamentos para hacerlo. De hecho, tuvo que intervenir el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien integra la Corte Penal Internacional del Medio Ambiente con sede en Venecia. Pérez Esquivel viajó especialmente a Chilecito y estuvo reunido más de una hora a solas con el juez que perseguía a las asambleístas. Le advirtió en duros términos, que no se puede usar la justicia para amedrentar ciudadanos y que el derecho a la vida es superior al derecho a circular, invocado por el juez para que levantaran el corte. Antes de irse, le dijo que van a seguir el desempeño de la justicia riojana muy de cerca. Y parece que tuvo efecto, porque se han frenado un poco los embates judiciales. Es una táctica que ha usado también el gobierno nacional, que parece concentrado en reivindicar los derechos humanos del pasado y mirar para otro lado en las violaciones de los derechos humanos en la actualidad. Hay un gran doble discurso sobre este tema”.
– ¿Cómo se recibe por parte de la organización social en La Rioja, el debate sobre la ley de presupuestos mínimos para la protección de glaciares? ¿ La ley Bonasso puede ser entendido como una expresión de lo que plantearon las organizaciones sociales que se opusieron a la megaminería?
“Las asambleas riojanas han apoyado la ley de Bonasso. Pero eso no quiere decir que crean que porque sancionen la ley se va a acabar el problema. La gente desconfía de las leyes, de la justicia, de los políticos, de todo. Y hay fuertes razones para ello. La gente siente que esta ley que se acaba de aprobar en la Cámara de diputados no garantiza nada, más allá de los consensos. Las empresas no van a detenerse. Por ejemplo, antes de que la ley sea tratada en el congreso, las legislaturas de varias provincias se apresuraron a sacar rápidamente leyes provinciales mucho más amplias y permisivas que van a colisionar seguramente con la Ley de Glaciares nacional. Por eso la presidenta se apresuró a decir que esta vez no la vetará. Las provincias lideradas por gobernadores mineros, se están preparando para resistir esa ley argumentando un problema de federalismo, al sostener que los recursos son provinciales y corresponde a ellas disponer de ellos. Se van a presentar conflictos de intereses, recursos de amparo y demás, que irán a parar a la Justicia que puede tardarse años en expedirse. Mientras tanto, destruyen los cerros y sus glaciares. Por eso la gente no confía. Se prepara para resistir con movilizaciones y marchas”.
“Otro antecedente para esa desconfianza, que está en el documental, es cuando en el 2007, Luis Beder Herrera era vicegobernador de La Rioja e impulsó la sanción de tres leyes entre las cuales había una que prohibía expresamente la actividad minera a cielo abierto con sustancias contaminantes en la provincia de La Rioja. Otra de las leyes establecía una consulta popular en los departamentos de Chilecito y Famatina para que la gente decida si quiere o no la explotación minera. Y la tercera creaba una comisión investigadora para analizar el contrato entre Yamiri, una sociedad en la que el Estado provincial era parte, con la empresa Barrick Gold. Ello le sirvió al vicegobernador para destituir al gobernador Maza y pocos meses después ganar las elecciones. Ya en el poder, los mismos diputados que habían sancionado esas leyes, las derogaron. La consulta nunca se hizo, la comisión investigadora nunca se reunió y crearon una empresa estatal para el manejo de los recursos naturales entre los que esta la minería, que depende directamente del gobernador. Ahora el gobernador dice que la minería es la única salida para el desarrollo de la provincia. ¿Cómo se puede esperar que la gente crea en las leyes, cuando las crean y derogan sin pudor como se les da la gana?”
-¿El proyecto Bonasso genera efectivamente una protección a los glaciares frente a los proyectos mineros en la cordillera?
“La gente apoya la sanción de la Ley, pero no cree que vaya a funcionar para proteger los glaciares. Es mejor que la ley exista, el tema se debatió y se instaló en la opinión pública, cosa que no ocurría antes. Pero no se termina el problema. Los pueblos de la cordillera piensan seguir luchando. No van a bajar los brazos”.
Por Felipe Montalva
El Ciudadano
(*) el propio Carlos nos aclara el origen del curioso nombre: “Cuando se fundó se llamó Santa Rita, por Santa Rita de Casia. Pero era un nombre que a nadie le gustaba mucho, a pesar de ser un pueblo muy creyente en la Santa. En las épocas de auge de la explotación minera, había muchos mineros chilenos, tantos que parecía un Chile chico y comenzaron a llamarlo “Chilecito”.