Las agrupaciones Ciudadanos Unidos por Chile y el Movimiento Ciudadano Aquí la Gente organizaron un simulacro de las elecciones primarias estadounidenses. Durante siete días, los santiaguinos que pasaron por la esquina de Ahumada con Huérfanos pudieron elegir cuál de los principales candidatos demócratas -Hillary Clinton y Bernie Sanders- y republicanos -Donald Trump y Ted Cruz- prefieren que sea el nuevo aspirante a presidir la Casa Blanca.
El recuento de los votos se cerró ayer con una clara victoria de Bernie Sanders, con 352 votos (62,2%), seguido de Hillary Clinton, quien recogió 128 votos (16%). Los candidatos republicanos Donald Trump y Ted Cruz quedaron en tercera y cuarta posición, con 44 votos (7,7%) y 16 votos (2,8%), respectivamente.
La acción pretendió, según explicaron las mismas organizaciones, fomentar la participación ciudadana y conocer «la postura e inclinación de los chilenos en cuanto a estas elecciones del país del norte, buscando encantar la política en nuestro país y mostrando las propuestas de cada uno de los candidatos de los EE UU».
En una entrevista a CNN, el vocero de Ciudadanos Unidos por Chile, Juan Subercaseaux, resaltó la importancia que las elecciones presidenciales norteamericanas tienen también para Chile y por eso, dijo, «nos interesaba cómo los chilenos pueden ir formándose con este proceso que puede ayudar mucho a su educación cívica».
Para él, el sistema de elección de EEUU es «sumamente democrático» y eso lo convertiría en «un valor que podríamos asimilar». Subercaseaux se refería así a que el proceso que hace unos meses emprendió el país del norte «va más allá de las primarias» porque en él «se discute», hecho que «está en harmonía con lo que el Gobierno quiere impulsar con los cabildos ciudadanos para preparar la nueva Constitución».
Preguntar sobre candidatos a las presidenciales estadounidenses
Dos buenas noticias se desprenden de la iniciativa liderada por estas agrupaciones. Por una parte, aunque sea un simulacro y no tenga ningún tipo de trascendencia, hay que resaltar que de las más de 550 papeletas depositadas en la urna, más de la mitad optaron por el senador por Vermont, Bernie Sanders, y su revolución política. Sanders se autodefine como «socialista», y encarna la opción más progresista dentro del partido demócrata con un programa enfocado hacia la redistribución de la riqueza y varias propuestas para universalizar el acceso a la educación y la salud.
Por otro lado, salir a la calle a preguntar la opinión de la ciudadanía sobre temas de relevancia política e incentivar a la participación ciudadana es siempre un hecho que celebrar.
Sin embargo, cabe cuestionar si frente a la contingencia política chilena (proyecto de Ley del Aborto, la Reforma Laboral, el Proceso Constituyente, Matrimonio Igualitario, etc.), en vez ir a buscar a Estados Unidos la razón para abrir procesos ciudadanos, participativos y de consulta en la calle, no podrían abrirse en torno a estas mismas cuestiones. Resultaría mucho más interesante y útil preguntarle a la ciudadanía si quiere o no la adopción en parejas homoparentales que pedir un voto para un candidato que ni siquiera le representa.
De hecho, Subercaseaux propone que Chile podría «asimilar» el sistema de elección estadounidense para enriquecer el Proceso Constituyente que se viene, especialmente en la fase de consulta ciudadana y cabildos. Una propuesta que se sumaría a otras muchas copias del modus operandi norteamericano que Chile ha incorporado en sus sistemas político y económico y que además no calza si lo que Chile se propone es cambiar la Constitución a través de una Asamblea Constituyente elegida por la ciudadanía. Para eso, quizás mejor poner la lupa en otro tipo de procesos, como el de Colombia en 1991 o el de Bolivia en 2007.