Este martes 8 de marzo comenzará en España el juicio contra los dos chilenos acusados de haber colocado un artefacto que el 2 de octubre de 2013 explotó en la Basílica del Pilar de Zaragoza, en las afueras de Barcelona. Este proceso se extenderá hasta el día 10 y la justicia pide 44 años de cárcel cada uno.
Francisco Solar y Mónica Caballero están acusados, además, de pertenecer a una organización terrorista, el Comando Insurreccionalista Mateo Morral, que habría estado integrado a su vez a los Grupos Anarquistas Coordinados (GAC), una estructura que se habría creado en 2012 -según la justicia de ese país- para organizar a los grupos anarquistas que hasta ese momento actuaban aislados.
Solar y Caballero -quienes llevan ya dos años y cuatro meses en prisión preventiva- fueron detenidos junto a otras tres personas, a quienes sin embargo se les ha archivado el caso. Agrupaciones anarquistas de Chile y España han destacado que este caso se enmarca en una serie de golpes represivos de parte del Estado español llevados a cabo a partir de 2014 contra grupos anarquistas, y que en total ha significado la detención de alrededor de 50 personas, de las cuales unos 45 están a espera de juicio. Es también en ese contexto que en febrero pasado se produjo en Madrid una mediática detención contra un grupo de artistas durante la representación de una obra de títeres, a quienes se les acusó «por apología de terrorismo».