A mediados de los años 70, el psicólogo clínico Merrill Elias empezó un seguimiento de las habilidades cognitivas de más de mil personas en el estado de Nueva York, EEUU. El objetivo específico era observar la relación entre la presión sanguínea de las personas y su desempeño cerebral. Por décadas, el especialista se dedicó solamente a eso, expandiendo en ocasiones su Estudio Longitudinal de Maine-Syracuse (MSLS) hacia los factores de riesgo cardiovascular. Pero nunca hubo indicios de que esta investigación derivaría, luego de 40 años de trabajo, en un descubrimiento acerca del chocolate.
Hacia los últimos años del estudio, Elias y su equipo agregaron la variable de la alimentación, preguntándoles a los participantes qué era lo que estaban comiendo. Después de todo, estaba demostrado que la dieta incidía sobre los factores que estaban monitorizando, y de esta forma también podrían obtener información general acerca de las costumbres alimentarias de las personas.
Los investigadores agregaron un cuestionario relativo a los alimentos, y en la sexta etapa de su recolección de datos, que fue entre 2001 y 2006, descubrieron un interesante patrón. «Encontramos que las personas que comían chocolate al menos una vez a la semana tenían la tendencia a mostrar mejor desempeño intelectual», señaló Elias. «Es significativo; involucra a varios aspectos cognitivos».
Otros estudios habían mostrado antes que el chocolate se correlaciona con varios aspectos de salud positivos, pero pocos habían explorado sus efectos en el cerebro y el comportamiento. No sólo la muestra representativa fue muy grande, sino que también los datos cognitivos, que posiblemente fueron más profundos y detallados que en cualquier estudio.
En el primero de dos análisis, la investigadora nutricional Georgina Crichton, junto con Elias y Ala’a Alkerwi, epidemióloga del Instituto de Salud de Luxemburgo, compararon los principales resultados de pruebas cognitivas de los participantes que comían chocolate al menos una vez a la semana, con las de quienes lo consumían en menor cantidad. Hallaron que había una relación significativa entre el chocolate y el desempeño cognitivo, las que persistían aún con variables como edad, educación, riesgo cardiovascular y hábitos alimenticios.
En términos científicos, comer chocolate se asoció significativamente con «mejores resultados en memoria visual-espacial y organización, memoria operativa, escaneo y rastreo, razonamiento abstracto y la mini prueba del estado mental«. Estas funciones, como explica Crichton, se traducen en cosas como recordar un número telefónico, la lista de compras y poder hacer dos cosas a la vez, como hablar y manejar».
En el segundo análisis quisieron establecer una relación de causalidad: si el chocolate incidía sobre una mejor respuesta cognitiva o si, a la inversa, las personas con cerebros más eficientes tendían a comer más chocolate. Pero esto no se pudo determinar, debido a que no había datos cognitivos sistemáticos de los participantes, que fueran anteriores a las pruebas, para poder hacer una comparación.
Los investigadores no saben explicar qué es exactamente lo que causa esta mejora en las habilidades cognitivas, pero señalan que no se trata del azúcar contenida en las barras de chocolate (el efecto sería opuesto), sino del cacao. Explican que este alimento tiene unos nutrientes llamados flavonoles del cacao, que parecen tener un efecto positivo en el cerebro (como disfunciones relacionadas con el envejecimiento). Un estudio de 2011 reveló que el cacao tiene un efecto positivo en los procesos psicológicos. La sospecha es que comer estos nutrientes aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que a su vez mejora varias de sus funciones. También, el cacao contiene metilxantinas, unos componentes vegetales que realzan varias funciones corporales, como por ejemplo los niveles de concentración.
Varios estudios han confirmado el de Merrill Elias y su equipo; uno de 2004 y otro de 2005. Pero el experto recalca que no se trata de desesperarse comiendo barras de chocolate, sino de incluir regularmente una «cantidad de cacao en una dieta balanceada».
Traducción, CCV.
Fuente, The Independent.