La relación entre el peso y la altura de una persona con su situación socioeconómica no es un tema nuevo para la ciencia. Hace tiempo que los epidemiólogos estudian de qué modo los factores socioeconómicos, como los ingresos, el barrio, el nivel de educación y el tipo de trabajo, influyen en las medidas corporales ligadas con la salud.
Así, las personas de familias más pobres tienen menos probabilidades de ser tan altas como las que proceden de un entorno favorecido, y más propensión al sobrepeso. Estas desigualdades se explican, en parte, por limitaciones en la educación para la salud y en la nutrición durante la infancia y la adolescencia.
Ahora, científicos de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, han utilizado la genética para plantear que la relación entre medidas corporales y posición socioeconómica es bidireccional. Según sus resultados estadísticos, una altura menor en los hombres y un índice de masa corporal más elevado (IMC) en las mujeres son condiciones estrechamente ligadas a menores posibilidades de lograr buenos ingresos y posición socioeconómica.
“La mayoría de la gente asume que una menor altura y un índice de masa corporal elevado son consecuencias de una nutrición pobre y menores oportunidades en la vida”, explica Tim Frayling, profesor de Exeter y supervisor del trabajo. “Ahora hemos demostrado que hay un efecto en el sentido opuesto: ser bajo y con sobrepeso pueden implicar menores ingresos y peor calidad de vida”.
“Aunque hay muchos hombres bajos y mujeres con sobrepeso que son muy exitosos, la ciencia debe preguntarse por qué estamos viendo este patrón”
La investigación, publicada en The British Medical Journal, expone los datos genéticos de 120.000 personas de biobancos de Reino Unido, de edades entre 40 y 70 años. El equipo estudió 400 variantes genéticas asociadas con la altura, y 70 con el índice de masa corporal.
Utilizando estas variantes genéticas, junto con la altura real y el peso, los investigadores se preguntaron si tener una menor estatura o un índice de masa corporal más alto tendría alguna relación con las posibilidades de éxito socioeconómico, según la información que los participantes proporcionaron sobre sus vidas.
Sus conclusiones son concisas. Un hombre de una altura promedio de 7,5 centímetros menor, corresponde con un ingreso de 1.500 libras menos al año que un hombre más alto. De la misma forma, si una mujer pesa 6,3 kilos más, se estima que su ingreso es 1.500 libras menos por año que una mujer de la misma altura pero más delgada.
La polémica de la causalidad
«El análisis genético que utilizamos es el mejor método posible para poner a prueba este vínculo, puesto que alterar aleatoriamente la altura y el peso de las personas para un estudio es evidentemente imposible», añade Jessica Tyrrell, autora principal del trabajo.
A pesar de ello, los autores aclaran que estos resultados no se aplican en todos los casos. “Hay muchos hombres bajitos y mujeres con sobrepeso que son muy exitosos, pero la ciencia debe preguntarse por qué estamos viendo este patrón, y buscar respuestas”, recalca Frayling.
El experto se cuestiona si esto tiene que ver con factores como baja autoestima o depresión, o se relaciona con la discriminación social. “En un mundo en el que estamos obsesionados con la imagen corporal, ¿la opinión de los empleadores es sesgada? Eso sería perjudicial, tanto para los individuos afectados, como para la sociedad en su totalidad», concluye.
Vía SINC.