En Chile hablamos bastante mal, no lo podemos negar. Entre abreviaciones, que no modulamos, y que nos gusta acortar las oraciones lo más posible, terminamos siendo inentendibles para el oído humano – especialmente el extranjero.
Casi parece una moda el hablar lo peor posible. Pero, según el escritor Darío Rojas, no es que hablemos tan mal, sino que hablamos distinto. Para poder «defender» a los chilenos y nuestro particular lenguaje propio, escribió un ensayo mostrando nuestras «peculiaridades» dialécticas.
“En términos puramente lingüísticos, en Chile no se habla mal, se habla distinto, si hubiéramos hablado mal habríamos dejado de comunicarnos así desde hace mucho tiempo”, destaca el autor. Y puede que su punto sea cierto.
Su libro se llama «Por qué los chilenos hablamos como hablamos», y se ha convertido en una interesante propuesta. Según otros expertos, el fenómeno de «hablar mal» se acentúa hoy con la instantaneidad que requieren las redes sociales de moda.
Pero hay ciertas palabras que acostumbramos a decir mal. Lo hacen nuestros padres, abuelos, y seguramente toda su familia. A todos nos pasa: conocemos estos «errores», pero hay quienes son muy testarudos para corregirlos.
Entre la Escuela Chilena de Oratoria y el medio Página 7, generaron este listado de los errores más comunes entre los chilenos:
1. “Gánate”, en vez de decir, “ubícate”: no te ganarás ningún premio.
2. “Entra para adentro”, en vez de decir sólo “entra”.
3. “Endenante”, en vez de decir, “denante”. (La RAE reconoce “endenantes”).
4. “Estijeras” en vez de decir, “tijeras».
5. “Hace el aseo”, en vez de decir, “haz el aseo”.
6. “Rebundancia”, en vez de decir “Redundancia”
7. “Nadien” en vez de decir “Nadie”.
8. “Garuga” en vez de decir “Garúa” (llovizna).
9. “Pifear” en vez de decir “Pifiar”.
10. “Toballa” en vez de decir “Toalla”.
Además de estos errores, tenemos muchos más. Uno de los más comunes es el no agregar la «s» al final de las palabras. Entre muchas otras cosas. ¿Cuál es tu error más común?