El presidente de Rusia, Vladímir Putin, dio la orden de empezar este martes el proceso de retirada de militares rusos de Siria porque da «por cumplida» su misión.
Tras conversar con su homólogo sirio, Bashar al Assad, tomó esta decisión que calificó de «buena señal para todas las partes del conflicto». Y agregó: «Espero que también eleve significativamente el nivel de confianza de todos los participantes en el proceso de resolución de la situación en Siria», añadió.
Una parte del contingente que permanecerá en Siria deberá garantizar el cumplimiento del alto el fuego en la región. En este sentido, el mandatario pidió al Ministerio de Exteriores «intensificar la participación de Rusia en la organización del proceso de paz para solucionar el problema sirio».
«Una parte de nuestro Ejército ha tenido presencia en Siria durante muchos años y ahora deberá cumplir con un objetivo muy importante: controlar el alto de fuego y crear las condiciones para el proceso de paz», destacó el líder ruso.
La aviación rusa empezó a bombardear el 30 de septiembre pasado las posiciones de Estado Islámico, Frente al Nusra y otros grupos terroristas en Siria tras una petición del presidente Bashar Asad.
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