El juez federal Itagiba Catta Preta Neto suspendió la designación de Lula da Silva como ministro de la Presidencia, luego de asumir esta misma mañana el cargo. Sólo 40 minutos alcanzó a ejercer el expresidente.
FOTO: AFP
El magistrado tomó esta decisión dado el contexto de investigación por el caso Petrobras en el que se encuentra implicado el ex mandatario y por considerar que la cuestión es «compleja y también grave», ya que con el nombramiento realizado por la presidenta Dilma Rousseff podría haber incurrido en un delito de «responsabilidad». Dicho «crimen» es un motivo recogido en la Constitución por el cual se permite realizar un juicio político con el objetivo de destituir al jefe de Estado.
En este sentido, la Cámara de Diputados decidió reanudar hoy mismo el trámite de un posible juicio político a Rousseff por una acusación contra la mandataria por supuestas irregularidades fiscales ocurridas en 2015.
Esto complica aún más la situación de la presidenta Dilma Rousseff y la crisis política del Gobierno y su formación, el Partido de los Trabajadores (PT), después de que ayer se revelara una conversación telefónica entre Lula y la mandataria en la que coordinaban su asunción, para otorgar al ex mandatario aforamiento en medio de la investigación judicial.
En la grabación, Rousseff le dijo al expresidente que le manda «el papel», en referencia al decreto de nombramiento, para que lo utilice «sólo en caso de necesidad». El documento se interpretó como la confirmación de que la designación de Lula como ministro pretendía darle el fuero para blindarlo de las investigaciones judiciales y, de esta manera, sólo tendría que responder penalmente ante el Tribunal Supremo Federal.
El exgobernante hubiera podido ganar tiempo ante las acusaciones de corrupción por el presunto desvío de fondos y blanqueo de capitales de la compañía estatal Petrobras. Además, Lula es investigado por presunto tráfico de influencias y por la posible participación en un delito de fraude fiscal.
El escándalo provocó que este martes en la noche miles de brasileños y brasileñas salieran a las calles para protestar frente a las sedes de la presidencia de Brasilia y Sao Paulo y pedir la renuncia de la mandataria.
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